Viernes trece era la cuestion.

Pero no era el martes 13? Aqui falta el puro Jason con su fantastica motosierra con caja de quinta, retroceso y lucesitas.

Queridisimo lector, las causas que me motivan a hablar tan abiertamente de mi suerte, no son escasas, sino pocas. Quiero decir, que no dispongo de grandes fundamentos para afirmar que el dia es malo, sino todo lo contrario: No dispongo de grandes fundamentos para afirmar que el dia es malo.

Pero HOY, si HOY, ( Y lo pongo con mayusculas, que es la forma como llamamos comunmente a las letras grandes ), tengo ganas de decir que el dia es malo.

Viernes 13 y lo que tu quieras, pero el dia es malo. Aunque no haya pasado nada de malo.

Y se pone peor.

Pero como es que algo que no esta mal, se puede poner peor?

Te voy a contar...

Me desperté hoy, temprano. Como todos los dias desde que estoy aqui. Temprano, pero tarde. ¿Como puede ser eso posible?, diras tu. Pero veras, te digo yo, que es muy temprano para mi, y la gran mayoria del resto del mundo, pero muy tarde para llegar a la hora a la oficina.

Asi que motivo de tal sucesion inevitable de acontecimientos catastroficos, me lanze en picada a la ducha, y la picada dolio bastante, porque al principio el agua siempre sale helada, pero se reconforta luego cuando el agua comienza a salir caliente, y el calor es bienvenido cuando en el exterior, las aves son bloques transparentes de agua cristalizada en pleno estado de criogenizacion.

Vuelo, pero en realidad no vuelo, si no, corro veloz. Que volar, es una forma presurosa de decir correr velozmente, hacia el trabajo, el colegio, o cuestiones demases.

Llego, atrazado. Evidentemente, y al saludarme, el joven menos joven de todos los jovenes que aqui trabajan, Don Eduardo, me dice que no me ponga tan comodo, que tenía la dificil mision de vacunar 12 chanchos.

Me puse comodo muy comodamente no mas, porque aquel caballero nunca a hablado en serio, y vez que dice algo, es para reirse de alguien o molestar, asi que no le di ninguna importancia.

Y estaba comodamente sentado en aquel momento, cuando se acerca la Jefecita Mas Jefa de Todos, y me dice: "Listo para vacunar los chanchitos?"

Mire fugazmente a Don Eduardo y le pregunte...

- Era verdad?!

Fue la primera vez que lo oí decir algo en serio.

Y justo este mismo dia, fue el unico dia en el que me dije a mi mismo: "Mismo, hoy vamos a ir a la oficina vestidos elegantemente".

Fue el primer dia de trabajo, en el que vine bien vestido, decentemente arropado como para asistir a una cena diplomatica con el Rajáh Abū ‘Alī al-Husayn ibn ‘Abd Allāh ibn Sīnā, y su señora.

Y me mandan a vacunar chanchos.

De todos, tenia que ser este el primero, en el que tenia que ponerme a pelear en el barro con 12 violentos cerdos come-hombres...

- Vestido elegantemente.

Claaro, la providencia divina pudo conseguirme un overall, o sobretodo... que aqui comunmente la gente insiste en llamar vulgarmente OVEROL. Y luego, a falta de un milagro colosal, comparable solo con los realizados por la virgen de fatima, la providencia divina y todos los santos celestiales, me consiguen dificultosamente, botas!

Estaba disfrazado y preparado para la batalla.

La ironía del destino me llevo a transportarme en el mismo auto de Don Eduardo, con el mismo Chauffeur.

El Chofer, como se le dice hoy en la America de habla española.

Me voy a desviar un poquito, para explicar aquella diferencia. Chofer, viene en realidad del frances Chauffeur, que en su sentido mas simple, se traduce ( luego de varias reberveraciones lingüisticas sin sentido ), en "Calentador".

Y este calentador, era el encargado de preparar la locomotora con el fuego adecuado en sus calderas, para que estuviera lista para empezar a empujar mediante la fuerza del grandioso vapor.

Luego el pajarón que se sentaba a calentar el motor del auto antes de partir, heredó el mismo apelativo, y hoy en dia, en forma indiscriminada, todos los conductores especializados en la actualidad, son en realidad...

... calentadores.

El Calentador Don Eduardo, me conduce entonces en el camino de lo desconocido, para la batalla que definiría mi honor.

No eran 12 chanchos, eran 14. Y no eran chanchitos, de esos tiernos que salen en las peliculas de los animales que hablan. Eran cerdos, puercos mutantes, capaces de arrancar la cabeza del encargado, con un solo y voraz mordisco letal.

No, no era para tanto. Pero eran chanchos grandes, violentos, pero cobardes. El problema no eran los pequeñuelos, sino su madre, que bajo ningun punto de vista, aceptó que vacunaran a su descendencia.

Fue un forcejeo bien tenso, que duró un buen rato. Los pescabamos de las orejas, patas, manos, colas. Los levantabamos en el aire, y los pinchabamos en nuestros brazos, mientras luchaban a grito tendido por una vida que tenian mas que asegurada, hasta que alguien decidiera almorzarse alguno de ellos.

La mama, fue un caso diferente. No habia forma de agarrarle ojos, orejas, colas y patas. A ella tuve que ganarmela por las buenas.

Increible como para poder ganar una batalla, tienes en realidad que perderla. Tuve que reconocer, que no habia forma de ganarle por la fuerza. Que si ella no quería no habria nada que hacer.

Es como intentar convencer a una piedra que salte. Puedes intentarlo toda tu vida, pero podrá decir que lo conseguiste.

Asi que me declaré derrotado, me acerqué suavemente, la toque despacito en el lomo, le hable al oido, y le dije cosas hermosas. Cuando vi su sonrisa tierna, y sus ojos humedecidos, la acaricié suavemente con el filo de la aguja, y en ese momento suavemente...

... SE LA CLAVÉ DE UN SOLO TOQUE, Y LE PUSE SU MEDICAMENTO!!!

Ya era tarde para lamentaciones... habia conseguido mi proposito.

Mi ropa de sobreropa, y mis botas de barro, quedaron en un estado que dificultaba decidir si botarlas, regalarlas, quemarlas, o las tres juntas, o lavarlas y luego ponerlas a secar.

Dificil desicion.

Todavia no me decido, por mientras escribo.

p.d. Musica: Lemon Jelly, Dashboard Confessionals, Owen... etc. Es fome, pero no tanto... a mi me gusta musha.