viernes, 27 de junio de 2008

La pacha mama.

Hoy dia fui despues de las vacunaciones, me tocó asistir a una ceremonia de recibimiento de la donación de unos arboles a algunas comunidades mapuches, el pueblo originario de Chile.

Ya sabia lo que era... llegaba el alcalde, hablaba por un microfono a la gente mapuche, los alababa un poco, les prometía otro poco de cosas, les pasaba los arbolitos, ellos lo recibian, hablaban un poco, agradecian al alcalde, comian algo y se iban.

Y tal cual.

Solo que yo lo veia desde el punto de vista de cualquier persona. Pero de cualquier persona ajena al pueblo mapuche.

Porque la gente mapuche, vive de la tierra, y conoce sus propiedades. Conoce sus virtudes, con sus plantas medicinales, conoce la importancia de cada cosa, la necesidad de conservar los grandes recursos que la madre tierra nos da.

Por eso, cada vez que un mapuche necesita cortar una planta medicinal, primero pide permiso a la madre tierra, y luego agradece respetuosamente su generosidad.

Por eso, una vez recibidos los arbolitos, con sus trajes ancestrales realizaron un ritual dedicado a la madre tierra, para agradecer los frutos que esta da a la gente que vive de ella.

En su lengua, agradecieron a la tierra, rezandole cosas incomprensibles, y mientras plantaban el primer arbol, ceremoniosamente en un ritual milenario, iban poniendo el arbolito en la tierra, mientras lo regaban y alimentaban con el producto de sus siembras y cosechas.

Lo cosechado vuelve a nacer en una nueva vida.

Y en medio de esta impresionante muestra de respeto a la naturaleza, un abuelito se puso a cantar una olvidada cancion aprendida 72 años atras.

El ya habia olvidado la mitad de la canción... pero le prometí buscarla para podersela entregar.

Y la encontré...

Mientras le iban poniendo la tierra, el viejito cantaba:

“Abramos la tierra, plantemos el árbol,
será nuestro amigo y aquí crecerá,
y un día vendremos buscando su abrigo
y flores y frutas y sombra dará.

El cielo benigno dé riego a su planta,
el sol de setiembre le dé su calor,
la tierra su jugo dará a sus raíces
y tengan sus hojas verdura y frescor.

Plantemos el árbol, el árbol amigo ;
sus ramas frondosas aquí extenderá,
y un día vendremos buscando sus flores
y sombras y frutas y flores dará.”

Que ganas de haber sido conquistados por este respetuoso pueblo lleno de vida.

Este señor va a estar muy contento de poder volverla a cantar.

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