sábado, 10 de mayo de 2008

Mañana parto a subir el volcan Tolhuaca.

Que pelotudeces se me ocurren a mi, que pudiendo dormir en una cama calentita, con la guata llena, contentito, sonriente y feliz, me voy a ir a congelar las hueas arriba a la cresta en un volcan desconocido del mundo.

El volcan Tolhuaca.

Y de veras me voy a ir a congelar las hueas, durmiendo encima de la nieve, en un saco de dormir que sirve solo para decir que dormí en saco, pero que no quiere decir que realmente lo haya hecho.

Afortunadamente estoy conciente del hecho innegable de la ineficiente proteccion de dicho saco, y voy sumamente preparado a afrontar el desafio, envolviendome primero en una capa de ropa termica, luego mas ropa, luego una frazada amarilla de polar que la cosito chico tuvo la genialidad de regalarme, luego el saco en cuestion, y quizas algun guatero amigo que me haga compañia durante la fatidica noche.

Alegrias algoritmicas de poder experimentar la montaña en toda su expresion.

Muchas cosas quedaron fuera de la gran mochila que tiene costuras de oro para aguantar tanta inmunda porqueria, pero lo que va, aunque el cielo se caiga a pedazos, sera mi camara y mi tripode...

... que esos dos, son la parte central de esta historia.

El frio, el hambre, el cansancio, el agotamiento, la agonia, y la podredumbre de mis patas, seran nada mas que algo accesorio comparado con las fotos que planeo traer de vuelta.

Si no vuelvo, la razon mas probable es que me haya convertido en el juguetillo sexual de el abominable hombre de las nieves...

El frasco de vaselina tambien se considera tan importante como la camara misma.

1 comentario:

Anónimo dijo...

SOBREVIVISTE???
FOTOS, FOTOS, FOTOS!

FRL