miércoles, 28 de febrero de 2007

La llegada triunfal a Reigolil.

Luego de aquel rio, solo faltaban 3 o 4 subidas mas, no tan terribles, pero subidas al fin y al cabo. Lo bueno estaba, en que la hora de mayor calor ya habia pasado, y como aquí estaba entre montañas, al sol le cuesta poco desaparecer detrás de un cerro.



Sea como sea, lo peor supuse… ya habia pasado.

Después de un tiempo que podria haber sido interminable, me empece a dar cuenta que se hacia menos difícil pedalear. Me di cuenta porque no pedaleaba nada, y avanzaba igual.

Se me ocurrio pensar que fue porque estaba en una bajada. Hay gente que habla de una extraña fuerza llamada gravedad, pero yo no creo en cosas raras.

Entonces viajaba a velocidades fundamentales, con mi bicicletita esquivando rocas, piedras y agujeros en el suelo. Juntos saltabamos a velocidades ridiculas y siderales, ignorando todo a nuestro paso.

Miraaaa, una cascada!!

A quien le importa… acelera!!

Y asi me perdi cosas maravillosas. En fin, en 10 minutos de bajada, avance unos 11 kilometros, que 6 horas tarde en subir.

La ironia es una cosa de locos.

Dos motivos difícilmente ignorables me impulsaron a seguir acelerando. El primero, y en plena bajada, fue un encuentro cercano, directo y casi fatal, con un Cernícalo.

Y un cernícalo, es una especie de halcon chileno, que juntos con el colibrí, son las unicas especies de aves que pueden mantenerse estaticas en el aire.

Este pajarito tiene una modalidad muy interesante para cazar. Se ubica bien alto en el cielo, y gracias a su magnifica vision, se queda estatico, como un helicóptero revisandolo todo. Y cuando lo encuentra, cierra las alas y cae en picado sobre su presa.



Es un espectáculo… no se como no lo han tomado mucho en cuenta los de la nacional geographic.

En fin, me cruzé con uno de estos, de frente, y la frenada casi me mata. Pero tuve la oportunidad de presentarselos a ustedes.

2 minutos mas tarde, y ya no en bajada, me detuve para recargar el agua en otro bonito rio. Que en resumidas cuentas era el mismo de antes, solo que debajo de las montañas pudimos volver a reencontrarnos.

Aproveche tambien la posibilidad para ciertas cosas.



Según la señal del camino, todavía me faltaban 12 kilometros para llegar a Reigolil, asi que ni pensar en contentarme. La pendiente aun se mantenia, leve leve leve, pero constante. No necesitaba pedalear mucho para avanzar, pero no hacia ningun esfuerzo.

Me encontre de frente con un hombre que venia en una carreta, y tuve la necesidad de preguntarle.

- Señor, me podria decir por favor, a cuanto de aca esta Reigolil?

Y me contesta que estará a unos 5 minutos en bicicleta.

5 minutos!? Pero según el letrero del camino todavía me faltan 11!

Esta gente no sabe nada de las distancias, me dije yo. Y continue en mi bicicleta. Vi desaparecer al hombre y su carreta detrás de una curva, y delante de ella veo un letrero que dice…

Bienvenidos a Reigolil.

En un cafe, de los muchos cafes que hay en el mundo, en una ciudad, de las muchas ciudades que hay en el mundo, escribo estas lineas... para ti.

La llegada triunfal a Reigolil.

Luego de aquel rio, solo faltaban 3 o 4 subidas mas, no tan terribles, pero subidas al fin y al cabo. Lo bueno estaba, en que la hora de mayor calor ya habia pasado, y como aquí estaba entre montañas, al sol le cuesta poco desaparecer detrás de un cerro.



Sea como sea, lo peor supuse… ya habia pasado.

Después de un tiempo que podria haber sido interminable, me empece a dar cuenta que se hacia menos difícil pedalear. Me di cuenta porque no pedaleaba nada, y avanzaba igual.

Se me ocurrio pensar que fue porque estaba en una bajada. Hay gente que habla de una extraña fuerza llamada gravedad, pero yo no creo en cosas raras.

Entonces viajaba a velocidades fundamentales, con mi bicicletita esquivando rocas, piedras y agujeros en el suelo. Juntos saltabamos a velocidades ridiculas y siderales, ignorando todo a nuestro paso.

Miraaaa, una cascada!!

A quien le importa… acelera!!

Y asi me perdi cosas maravillosas. En fin, en 10 minutos de bajada, avance unos 11 kilometros, que 6 horas tarde en subir.

La ironia es una cosa de locos.

Dos motivos difícilmente ignorables me impulsaron a seguir acelerando. El primero, y en plena bajada, fue un encuentro cercano, directo y casi fatal, con un Cernícalo.

Y un cernícalo, es una especie de halcon chileno, que juntos con el colibrí, son las unicas especies de aves que pueden mantenerse estaticas en el aire.

Este pajarito tiene una modalidad muy interesante para cazar. Se ubica bien alto en el cielo, y gracias a su magnifica vision, se queda estatico, como un helicóptero revisandolo todo. Y cuando lo encuentra, cierra las alas y cae en picado sobre su presa.



Es un espectáculo… no se como no lo han tomado mucho en cuenta los de la nacional geographic.

En fin, me cruzé con uno de estos, de frente, y la frenada casi me mata. Pero tuve la oportunidad de presentarselos a ustedes.

2 minutos mas tarde, y ya no en bajada, me detuve para recargar el agua en otro bonito rio. Que en resumidas cuentas era el mismo de antes, solo que debajo de las montañas pudimos volver a reencontrarnos.

Aproveche tambien la posibilidad para ciertas cosas.



Según la señal del camino, todavía me faltaban 12 kilometros para llegar a Reigolil, asi que ni pensar en contentarme. La pendiente aun se mantenia, leve leve leve, pero constante. No necesitaba pedalear mucho para avanzar, pero no hacia ningun esfuerzo.

Me encontre de frente con un hombre que venia en una carreta, y tuve la necesidad de preguntarle.

- Señor, me podria decir por favor, a cuanto de aca esta Reigolil?

Y me contesta que estará a unos 5 minutos en bicicleta.

5 minutos!? Pero según el letrero del camino todavía me faltan 11!

Esta gente no sabe nada de las distancias, me dije yo. Y continue en mi bicicleta. Vi desaparecer al hombre y su carreta detrás de una curva, y delante de ella veo un letrero que dice…

Bienvenidos a Reigolil.

En un cafe, de los muchos cafes que hay en el mundo, en una ciudad, de las muchas ciudades que hay en el mundo, escribo estas lineas... para ti.

martes, 27 de febrero de 2007

Y asi fue como paso todo.

Despues de aquella noche fatal, los rayos de luz llegaban a mi como la mayor de las increibles satisfacciones. No habia en el mundo fuerza capaz de contenerme, no habia en la tierra hombre, animal o maquina que me desanimara.

No habia poder capaz de evitar armar mis cosas y partir enseguida.

Claro, era una mañana fantastica. El sol inundaba victorioso todas las sombras que durante la noche se creian tan permanentes… pero no… ahí estaba yo, vivito y coleando, dispuesto y con la frente en alto al horizonte.

Ni siquiera los 20 minutos que me demore tratando de guardar la carpa me opacaron el animo, nada importaba, era…

… debo decirlo…

… invencible.

Empaque todas mis cosas, tome mi bicicleta, y con la musica de corazon valiente, comence nuevamente mi camino.

Llevaba 2 minutos con 30 segundos de victoria indiscutida cuando de repente…

…Todo volvio a ser una mierda.

Claro, obvio, una rueda menos… el poco aire que quedaba encerrado dentro de la rueda se habia terminado de salir, y andar en esa bicicleta, equivalia a viajar con ruedas de piedra.

Echando garabatos, difamaciones y sacrilegios, tire todo al suelo, saque furibundo mis herramientas y le dedique 5 minutos de mi tiempo a parchar la endiablada rueda que echaba afuera todo el aire que trabajosamente le metia con mi inflador.

5 minutos me demore en esa faena. No pensaba dedicarle ni un solo minuto mas a ese tema en cuestion. Me reconfortaba pensando en lo que me habia dicho aquel aldeano local, que me habia afirmado con no poca seguridad, que en el trayecto que me quedaba solo venia una o dos subidas, y luego solo bajadas hasta llegar a Reigolil.

Una cosa de dos horas en bicicleta me dijo.

Me dijo el muy imbecil.

Porque si lo hubiera visto de nuevo, no se habria salvado del juramento que me hice a mi mismo de sacarle todos los dientes y meterselos por el ano para que aprendiera a comer alrevez.

En fin, me mantenia sonriente aun, cuando aparecio la primera subida.

Según Cristóbal estabamos a 400 metros sobre el nivel del mar… una basura. Pero los metros comenzaban a aumentar en una forma escandaloza.



Ya llevaba 3 horas empujando la bicicleta en una subida infernal, y habia avanzado solo 2 kilometros!!!!

Después de cada vuelta, yo me decia a mi mismo… ahora si que viene la bajada…

Y nada!!!!

No puedo quitarle merito al ambiente, miento si digo que el lugar no era el mas hermoso que pudiera pintar el mejor paisajista de todos los tiempos. Mentiria si digo que ni siquiera en un sueño podria inventar en mi mente un lugar mas fantastico que ese.

En esa subida de mierda.

700 metros, 800…

Y yo empujando mi bicicleta a pie. El frescor matinal de las 9 de la mañana dio paso a un calor indecente y subtemporal de categoría apocaliptica de las 2 de la tarde. Como era sacarle carrera a un cerro, y un cerro enorme, los rios, si es que habian, estaban muy muy por debajo, y solo con mucha atención, quiza se podria haber escuchado a lo lejos el murmullo que hace el agua entre las rocas.

Pero agua alla arriba, ni hablar.

Solo bosques, y bosques, y bosques impenetrables, indomitos e intocables. Bosques profundos que se hacian amablemente a un lado, para que un puñado de carajitos se creyeran fuertes por haberles robado un poco de tierra para fabricar un camino.



De momento, la mayor preocupación era el agua. Teniendo en cuenta que no habia de donde obtenerla. La tasa de tragado de agua era considerablemente alta, y no tenia ni idea cuando iba a poder conseguir mas. De los dos litros de agua fresca, corriente, oxigenada y helada que habia recogido durante la mañana, solo me quedaba un poco menos de medio litro de agua caliente, vaporosa y fermentada.

Pero era todo lo que habia.

Cuando se acabaron los arboles, me di cuenta que estabamos en la cima. Reviso el altimetro, 900 metros de altura.

Ya estamos arriba del cerro, no se puede subir mas. Para seguir subiendo, tendrian que construir el camino en pilares, pero no.

Inexplicablemente después de la siguiente vuelta, seguia la subida.

Ya era tarde, quizas las 3 de la tarde. El calor ya habia acabado conmigo, y el hambre, me empezaba a pasar la cuenta. Era demasiado el esfuerzo bajo un excesivo calor, como para haberme mantenido en pie con lo comido la noche anterior… y me empezo a dar.

… la chiripioica.

La chiripiocica es un síndrome que sufro frente a una demanda excesiva de energia bajo fuentes de precaria o escaza alimentación. Es un conjunto de signos que incluyen debilidad generalizada, temblor muscular, taquicardia, taquipnea, tension nerviosa, muscular, y en casos extremos, paralisis y muerte.

No, no… aun no he sufrido la muerte, pero algo me dice que no voy a ser el primer ser humano en no morirse.

Entonces que es lo que debo hacer frente a la chiripioica?

Comer, y comer cueste lo que cueste.

Pero no tenia agua suficiente para hidratarme y cocinar, y no podia sacrificar el hidratarme. Una persona puede pasar varias semanas sin comer, pero sin agua muere entre 4 a 6 dias.

No podia usar lo poco de agua que me quedaba.

Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas. A los 1100 metros de altura, la pendiente se estabilizo, y dio paso al bosque mas fantastico que nadie puede imaginar.

Faltaban solo los unicornios. Quiza merlin o la bruja del bosque. Pero el que no los haya visto no quiere decir que no estuvieran ahí. Estaba demasiado debil como para tomar una fotografia, pero tiré mi bicicleta a un lado, y con la poca fuerza que me quedaba, abri un bolsillo de donde saque triunfal, una lata de atun.

Una lata de atun es la solucion… debia serlo. Pero antes de comerla hay que recordar un par de cosas importantes: Hay que abrirla.

Y con las porquerias de abrelatas que trae una cortaplumas, aunque sea de la swiss army, o de la royal marine, o de la armada japonesa, es un desastre abrirla en una forma relativamente normal.

La intencion no daba para tanto, asi que abri lo que pude, y luego me trague todo lo que habia adentro. Restos de pescado desmenuzado, con pedazos de hueso, colas y lo que fuera que estuviera dentro de la lata paso directamente a mi estomago… incluido el aceite en el que venia.

No estaba con menudeces como para regodearme, y botar el aceite hubiera sido un lujo que no me podia dar.

Quiza fue efectivo, o quiza el efecto fue psicologico, pero pude volver a pedalear. Ya no habian subidas, pero tampoco bajadas. Era un tramo bastante largo de suaves y redondeadas ondulaciones que no terminaba jamas.

Y luego, una pequeña, pequeñita, pequeñisima, insuficiente, intolerable, incipiente, insignificante bajada, pero luego de la apremiante desepcion, un rio.



Y fue ahí, en ese lugar, al medio de un bosque muerto, de arboles quemados hace cientos de años, que nadie se habia tomado la molestia de explicarles que no debian estar en pie, resignados y fieles ante la muerte, donde en un rio, volvi a ser completamente feliz.

Ahí fue donde cocine, nade entre peces que jugaban entre los dedos de mis patas, y lo mas importante, recargue mi botellita de agua.

Ya estaba listo para volver a seguir.

En un cafe, de los muchos cafes que hay en el mundo, en una ciudad, de las muchas ciudades que hay en el mundo, escribo estas lineas... para ti.

Y asi fue como paso todo.

Despues de aquella noche fatal, los rayos de luz llegaban a mi como la mayor de las increibles satisfacciones. No habia en el mundo fuerza capaz de contenerme, no habia en la tierra hombre, animal o maquina que me desanimara.

No habia poder capaz de evitar armar mis cosas y partir enseguida.

Claro, era una mañana fantastica. El sol inundaba victorioso todas las sombras que durante la noche se creian tan permanentes… pero no… ahí estaba yo, vivito y coleando, dispuesto y con la frente en alto al horizonte.

Ni siquiera los 20 minutos que me demore tratando de guardar la carpa me opacaron el animo, nada importaba, era…

… debo decirlo…

… invencible.

Empaque todas mis cosas, tome mi bicicleta, y con la musica de corazon valiente, comence nuevamente mi camino.

Llevaba 2 minutos con 30 segundos de victoria indiscutida cuando de repente…

…Todo volvio a ser una mierda.

Claro, obvio, una rueda menos… el poco aire que quedaba encerrado dentro de la rueda se habia terminado de salir, y andar en esa bicicleta, equivalia a viajar con ruedas de piedra.

Echando garabatos, difamaciones y sacrilegios, tire todo al suelo, saque furibundo mis herramientas y le dedique 5 minutos de mi tiempo a parchar la endiablada rueda que echaba afuera todo el aire que trabajosamente le metia con mi inflador.

5 minutos me demore en esa faena. No pensaba dedicarle ni un solo minuto mas a ese tema en cuestion. Me reconfortaba pensando en lo que me habia dicho aquel aldeano local, que me habia afirmado con no poca seguridad, que en el trayecto que me quedaba solo venia una o dos subidas, y luego solo bajadas hasta llegar a Reigolil.

Una cosa de dos horas en bicicleta me dijo.

Me dijo el muy imbecil.

Porque si lo hubiera visto de nuevo, no se habria salvado del juramento que me hice a mi mismo de sacarle todos los dientes y meterselos por el ano para que aprendiera a comer alrevez.

En fin, me mantenia sonriente aun, cuando aparecio la primera subida.

Según Cristóbal estabamos a 400 metros sobre el nivel del mar… una basura. Pero los metros comenzaban a aumentar en una forma escandaloza.



Ya llevaba 3 horas empujando la bicicleta en una subida infernal, y habia avanzado solo 2 kilometros!!!!

Después de cada vuelta, yo me decia a mi mismo… ahora si que viene la bajada…

Y nada!!!!

No puedo quitarle merito al ambiente, miento si digo que el lugar no era el mas hermoso que pudiera pintar el mejor paisajista de todos los tiempos. Mentiria si digo que ni siquiera en un sueño podria inventar en mi mente un lugar mas fantastico que ese.

En esa subida de mierda.

700 metros, 800…

Y yo empujando mi bicicleta a pie. El frescor matinal de las 9 de la mañana dio paso a un calor indecente y subtemporal de categoría apocaliptica de las 2 de la tarde. Como era sacarle carrera a un cerro, y un cerro enorme, los rios, si es que habian, estaban muy muy por debajo, y solo con mucha atención, quiza se podria haber escuchado a lo lejos el murmullo que hace el agua entre las rocas.

Pero agua alla arriba, ni hablar.

Solo bosques, y bosques, y bosques impenetrables, indomitos e intocables. Bosques profundos que se hacian amablemente a un lado, para que un puñado de carajitos se creyeran fuertes por haberles robado un poco de tierra para fabricar un camino.



De momento, la mayor preocupación era el agua. Teniendo en cuenta que no habia de donde obtenerla. La tasa de tragado de agua era considerablemente alta, y no tenia ni idea cuando iba a poder conseguir mas. De los dos litros de agua fresca, corriente, oxigenada y helada que habia recogido durante la mañana, solo me quedaba un poco menos de medio litro de agua caliente, vaporosa y fermentada.

Pero era todo lo que habia.

Cuando se acabaron los arboles, me di cuenta que estabamos en la cima. Reviso el altimetro, 900 metros de altura.

Ya estamos arriba del cerro, no se puede subir mas. Para seguir subiendo, tendrian que construir el camino en pilares, pero no.

Inexplicablemente después de la siguiente vuelta, seguia la subida.

Ya era tarde, quizas las 3 de la tarde. El calor ya habia acabado conmigo, y el hambre, me empezaba a pasar la cuenta. Era demasiado el esfuerzo bajo un excesivo calor, como para haberme mantenido en pie con lo comido la noche anterior… y me empezo a dar.

… la chiripioica.

La chiripiocica es un síndrome que sufro frente a una demanda excesiva de energia bajo fuentes de precaria o escaza alimentación. Es un conjunto de signos que incluyen debilidad generalizada, temblor muscular, taquicardia, taquipnea, tension nerviosa, muscular, y en casos extremos, paralisis y muerte.

No, no… aun no he sufrido la muerte, pero algo me dice que no voy a ser el primer ser humano en no morirse.

Entonces que es lo que debo hacer frente a la chiripioica?

Comer, y comer cueste lo que cueste.

Pero no tenia agua suficiente para hidratarme y cocinar, y no podia sacrificar el hidratarme. Una persona puede pasar varias semanas sin comer, pero sin agua muere entre 4 a 6 dias.

No podia usar lo poco de agua que me quedaba.

Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas. A los 1100 metros de altura, la pendiente se estabilizo, y dio paso al bosque mas fantastico que nadie puede imaginar.

Faltaban solo los unicornios. Quiza merlin o la bruja del bosque. Pero el que no los haya visto no quiere decir que no estuvieran ahí. Estaba demasiado debil como para tomar una fotografia, pero tiré mi bicicleta a un lado, y con la poca fuerza que me quedaba, abri un bolsillo de donde saque triunfal, una lata de atun.

Una lata de atun es la solucion… debia serlo. Pero antes de comerla hay que recordar un par de cosas importantes: Hay que abrirla.

Y con las porquerias de abrelatas que trae una cortaplumas, aunque sea de la swiss army, o de la royal marine, o de la armada japonesa, es un desastre abrirla en una forma relativamente normal.

La intencion no daba para tanto, asi que abri lo que pude, y luego me trague todo lo que habia adentro. Restos de pescado desmenuzado, con pedazos de hueso, colas y lo que fuera que estuviera dentro de la lata paso directamente a mi estomago… incluido el aceite en el que venia.

No estaba con menudeces como para regodearme, y botar el aceite hubiera sido un lujo que no me podia dar.

Quiza fue efectivo, o quiza el efecto fue psicologico, pero pude volver a pedalear. Ya no habian subidas, pero tampoco bajadas. Era un tramo bastante largo de suaves y redondeadas ondulaciones que no terminaba jamas.

Y luego, una pequeña, pequeñita, pequeñisima, insuficiente, intolerable, incipiente, insignificante bajada, pero luego de la apremiante desepcion, un rio.



Y fue ahí, en ese lugar, al medio de un bosque muerto, de arboles quemados hace cientos de años, que nadie se habia tomado la molestia de explicarles que no debian estar en pie, resignados y fieles ante la muerte, donde en un rio, volvi a ser completamente feliz.

Ahí fue donde cocine, nade entre peces que jugaban entre los dedos de mis patas, y lo mas importante, recargue mi botellita de agua.

Ya estaba listo para volver a seguir.

En un cafe, de los muchos cafes que hay en el mundo, en una ciudad, de las muchas ciudades que hay en el mundo, escribo estas lineas... para ti.

lunes, 19 de febrero de 2007

LUNES 12 DE FEBRERO,

Si hubiese sabido con que me iba a encontrar en el momento en que me toco, jamas lo hubiese echo.

Quizas esa sea una de las gracias que nos benefician de desconocer el futuro.

Y debo decir gracia, porque no se me ocurre ninguna palabra decente que pueda escribir aqui para describir el momento que vivi.

Seguramente hoy, en la seguridad de mi hogar, calentito y seguro, abrigado y con la guata llena, poco valga, pero en ese momento las cosas fueron muy distintas. Y debo decir distintas, porque no encuentro ninguna otra palabra que defina ese momento.

Estaba todo bien, un poco de miedo, la preocupacion clara esta, todos tenemos eso claro, no es ninguna noticia.

Sabemos que estamos al medio de la nada, no hay evidencia de vida humana en digamos, 20 kilometros, estas durmiendo en el medio de un bosque a la orilla del rio, hay motivos para preocuparse si sabes que estas en medio del habitat de pumas y jabalies.

No es tanto problema si asumes que son cosas de tu imaginacion, que la mañana llegara luego y que todo sera parte de un mal recuerdo, pero no es asi.

La mañana no llegara dentro de poco, el fuego que alimentaste se ha apagado, y estas siendo absorbido por la oscuridad mas terrorifica que jamas hubieses imaginado.

Lo unico que escuchas es el sonido de un rio, y el ruido de algo que se mueve despacio entre los arboles que estan a tu alrededor.

Al principio asumes que todo va a estar bien, juntas leña como para mantener un fuego encendido por varias semanas, y es asi, te acostumbras a la calidez del fuego, y de echo esperas que no sea tanto, porque al estar acostado en tu saco tan cerca de la fogata, el calor te quema las pestañas.

Y te duermes tranquilo, porque estas en un ambiente de confianza.

El problema llega cuando sientes frio.

Y del fuego que habia ya no quedan mas que rojas brazas. Y no fue el frio el que te desperto, no... el frio es una consecuencia de la ausencia del fuego. Te despertaste porque aunque estes durmiendo, sigues estando alerta. Y estas alerta porque no sabes ni donde estas, ni que hay en el lugar en el que estas.

Abres los ojos, y te das cuenta que estas en la mas completa oscuridad. No se ve nada para ningun lugar, salvo las brazas apagadas que aun se siguen quemando, y la negrura mas profunda que puedas imaginar.

Y aun escuchas ese ruido, un ruido que acecha de noche, que sabes que esta ahi, cerca tuyo, quiza analizandolo todo.

La linterna que llevaba al alumbrar a mi alrededor lo unico que hacia era hacer la negrura mas intensa por la cantidad ilimitada de cosas que iban apareciendo que se encontraban en las sombras.

El corazon late, late fuerte. Te consuela pensar que fuera un jabalí. Ojala fuese un jabalí que busque los restos mal escondidos de tu comida, ojala fuese un zorro, que busca aprovecharse de tu descuido, pero no puedes evitar pensar que sea un puma.

Un puma que esta moviendo su cola, justo en la sombra que le regala lo que queda del fuego, mientras observa a ese asustado imprudente que tuvo la osadia de dormir descubierto en su territorio.

Sabe que no ha comido nada en varios dias, y es su oportunidad, y la esta esperando.

Su victima esta tirada en el suelo, tensa como el acero, el fuego apagado y la mas completa oscuridad.

Todos sabemos que las cosas son producto de su imaginacion.

- Duermete ya, te estas imaginando cosas... una vez dormido, la mañana llegara y volveran a ser las cosas como antes...

Pero aun esta esa maldita oscuridad, y la promesa del sueño no quita la inquietante realidad...

... puede haber algo ahi entre las sombras, algo que busca la mejor manera de comerte.

Puedes dormirte y olvidar, pero el peligro desaparece?

Dormirse es la solucion?

Mi corazon latia como si fuera un tambor de batalla, y puedo decir, quiza sin dudar ni un solo segundo, que ese fue el segundo de mayor terror en toda mi vida.

Sabia que era completamente vulnerable, y no era solo el conocer esa realidad, sino quiza descubrir que estaba en la mira de algo, una criatura hambrienta que no podia visualizar.

El ruido del rio, se hizo tremendamente incomodo y tan incomodo que no me permitia dedicar toda mi atencion al crujijo de ramas a mi alrededor.

Las ramas no crujen solas, hay algo ahi.

Fueron varios minutos de completa desesperacion, el solo recordarlo me tensa completamente, dios, como pudo ser tanto el miedo... me veia dentro de mi saco, siendo arrastrado hacia las sombras por un invisible y enorme felino hambriento.

No habria nada que hacer.

Ya lo habia visto muchas veces en el discovery channel. Nunca pense que me pudiera tocar ser la victima.

Si hubiese sido mi imaginacion, seguro, el peligro desaparecia... pero si no? Algo habia o algo pensaba que estaba ahi, y algo grande y peligroso.

Tuve que tomar una desicion.

Di gracias a dios de ser tan cobarde y dormir tan cerca de la fogata. Eso me dio menos tiempo para reaccionar rapido y remover las brazas para avivar el fuego. Tomé el cuchillo con el que dormia, y mientras aplicaba mas ramas secas para darle vida al fuego, saque la carpa de su envoltorio.

Eran las 2 de la mañana, quedaban menos de 4 horas para levantarme, pero eso no importaba, si algo pensaba atacarme, preferia tener un aviso en la cubierta de la carpa antes de sentir las uñas clavadas en mi espalda.

Nunca me costo tanto tiempo armar una carpa, tanto esfuerzo, en medio de tanta oscuridad, y tan urgentemente, con los nervios trizados por la tension.

Despues de varios minutos de encontrar, ubicar y posicionar las piezas, tenia a un lado de la fogata, un bosquejo que se podia confundir con una carpa medianamente bien armada.

Me meti adentro de un salto, y la cerre por dentro, siempre con mi cuchillo en la mano. Y ya sabia que tenia una ventaja. Estaba en un lugar medianamente cerrado, y quiza psicologicamente protegido.

Cerre la carpa y me senti quiza aliviado.

Fue una solucion meramente psicologica, porque quiza encerrado ahi en esa delgada caja de plastico, me negaba al hecho innegable que estaba solo en lo profundo de un bosque y a la orilla de un rio.

Pero estaba ahi, solo que no lo veia.

Quiza mi mente en un esfuerzo por protegerse se contentaba con imaginar que esas cuatro parades piramidales de tela eran todo mi universo y ahi afuera, no existia nada mas.

Sea como sea, segui tenso varios minutos mas, el fuego siguio ardiendo lo que debia arder, se reflejaban las sombras de los palos en llamas en la pared frontal de la carpa y el movimiento de los brazos del fuego hacia que se movieran las sombras dentro de la carpa.

Un ataque sicologico a gran escala.

Intensifique la atencion a los ruidos de afuera, y luego de una relativa tranquilidad mental, supongo que por fin, me dormi.

Desperte, sepa dios, cuanto rato despues. El fuego se habia apagado de nuevo y estaba de nuevo en la mas absurda negrura de la noche.

Mala suerte, te aguantas, ahora si que no hay nada que hacer, duermete ya, el destino no esta en tus manos.

Y con ese pensamiento, que pase lo que tenga que pasar, deje todo en manos del destino y por primera vez en toda la noche, me relaje.

Me relaje de pensar que yo no podia evitar que pasara lo que estaba pasando, no podia evitar ser victima de un animal salvaje o de mi imaginacion, esto estaba fuera de control, y una vez aprendido que no habia forma de controlarlo, me entregue a esa condicion, asumiendo que debia esperar, que las cosas que fueran a pasar, iban a pasar igual, me guste o no.

Y por fin, finalmente me dormi.

Me desperte 3 o 4 veces mas durante la noche, no podia dejar de estar alerta. El instinto de lucha siempre ha sido mas fuerte que la resignacion.

Llego la mañana, el despertador sono a las 6. Pero yo no estaba ya para juegos, no habia dormido nada, asi que lo deje sonar.

A las nueve de la mañana considere que era buena hora para salir de ahi y partir.



Traté de prometerme no conducirme de nuevo a una situacion asi, aunque por otro lado, le agrego una salsa a mi aventura, muy dificil de dejar pasar.

Me preguntas si lo haria de nuevo?

Es una dificil pregunta. Pero si lo pienso, dentro de un viaje de estas caracteristicas, esta clase de cosas es un riesgo que esta incluido dentro del paquete.

El viaje entero vale mas que una noche de miedo.

Quiza si, no volveria a pasar por eso, pero eso implica no volver a viajar asi...

...Y eso no es algo que este dispuesto a dejar de hacer.



Si es necesario, que venga ya, que voy a estar mejor preparado.

En un cafe, de los muchos cafes que hay en el mundo, en una ciudad, de las muchas ciudades que hay en el mundo, escribo estas lineas... para ti.

LUNES 12 DE FEBRERO,

Si hubiese sabido con que me iba a encontrar en el momento en que me toco, jamas lo hubiese echo.

Quizas esa sea una de las gracias que nos benefician de desconocer el futuro.

Y debo decir gracia, porque no se me ocurre ninguna palabra decente que pueda escribir aqui para describir el momento que vivi.

Seguramente hoy, en la seguridad de mi hogar, calentito y seguro, abrigado y con la guata llena, poco valga, pero en ese momento las cosas fueron muy distintas. Y debo decir distintas, porque no encuentro ninguna otra palabra que defina ese momento.

Estaba todo bien, un poco de miedo, la preocupacion clara esta, todos tenemos eso claro, no es ninguna noticia.

Sabemos que estamos al medio de la nada, no hay evidencia de vida humana en digamos, 20 kilometros, estas durmiendo en el medio de un bosque a la orilla del rio, hay motivos para preocuparse si sabes que estas en medio del habitat de pumas y jabalies.

No es tanto problema si asumes que son cosas de tu imaginacion, que la mañana llegara luego y que todo sera parte de un mal recuerdo, pero no es asi.

La mañana no llegara dentro de poco, el fuego que alimentaste se ha apagado, y estas siendo absorbido por la oscuridad mas terrorifica que jamas hubieses imaginado.

Lo unico que escuchas es el sonido de un rio, y el ruido de algo que se mueve despacio entre los arboles que estan a tu alrededor.

Al principio asumes que todo va a estar bien, juntas leña como para mantener un fuego encendido por varias semanas, y es asi, te acostumbras a la calidez del fuego, y de echo esperas que no sea tanto, porque al estar acostado en tu saco tan cerca de la fogata, el calor te quema las pestañas.

Y te duermes tranquilo, porque estas en un ambiente de confianza.

El problema llega cuando sientes frio.

Y del fuego que habia ya no quedan mas que rojas brazas. Y no fue el frio el que te desperto, no... el frio es una consecuencia de la ausencia del fuego. Te despertaste porque aunque estes durmiendo, sigues estando alerta. Y estas alerta porque no sabes ni donde estas, ni que hay en el lugar en el que estas.

Abres los ojos, y te das cuenta que estas en la mas completa oscuridad. No se ve nada para ningun lugar, salvo las brazas apagadas que aun se siguen quemando, y la negrura mas profunda que puedas imaginar.

Y aun escuchas ese ruido, un ruido que acecha de noche, que sabes que esta ahi, cerca tuyo, quiza analizandolo todo.

La linterna que llevaba al alumbrar a mi alrededor lo unico que hacia era hacer la negrura mas intensa por la cantidad ilimitada de cosas que iban apareciendo que se encontraban en las sombras.

El corazon late, late fuerte. Te consuela pensar que fuera un jabalí. Ojala fuese un jabalí que busque los restos mal escondidos de tu comida, ojala fuese un zorro, que busca aprovecharse de tu descuido, pero no puedes evitar pensar que sea un puma.

Un puma que esta moviendo su cola, justo en la sombra que le regala lo que queda del fuego, mientras observa a ese asustado imprudente que tuvo la osadia de dormir descubierto en su territorio.

Sabe que no ha comido nada en varios dias, y es su oportunidad, y la esta esperando.

Su victima esta tirada en el suelo, tensa como el acero, el fuego apagado y la mas completa oscuridad.

Todos sabemos que las cosas son producto de su imaginacion.

- Duermete ya, te estas imaginando cosas... una vez dormido, la mañana llegara y volveran a ser las cosas como antes...

Pero aun esta esa maldita oscuridad, y la promesa del sueño no quita la inquietante realidad...

... puede haber algo ahi entre las sombras, algo que busca la mejor manera de comerte.

Puedes dormirte y olvidar, pero el peligro desaparece?

Dormirse es la solucion?

Mi corazon latia como si fuera un tambor de batalla, y puedo decir, quiza sin dudar ni un solo segundo, que ese fue el segundo de mayor terror en toda mi vida.

Sabia que era completamente vulnerable, y no era solo el conocer esa realidad, sino quiza descubrir que estaba en la mira de algo, una criatura hambrienta que no podia visualizar.

El ruido del rio, se hizo tremendamente incomodo y tan incomodo que no me permitia dedicar toda mi atencion al crujijo de ramas a mi alrededor.

Las ramas no crujen solas, hay algo ahi.

Fueron varios minutos de completa desesperacion, el solo recordarlo me tensa completamente, dios, como pudo ser tanto el miedo... me veia dentro de mi saco, siendo arrastrado hacia las sombras por un invisible y enorme felino hambriento.

No habria nada que hacer.

Ya lo habia visto muchas veces en el discovery channel. Nunca pense que me pudiera tocar ser la victima.

Si hubiese sido mi imaginacion, seguro, el peligro desaparecia... pero si no? Algo habia o algo pensaba que estaba ahi, y algo grande y peligroso.

Tuve que tomar una desicion.

Di gracias a dios de ser tan cobarde y dormir tan cerca de la fogata. Eso me dio menos tiempo para reaccionar rapido y remover las brazas para avivar el fuego. Tomé el cuchillo con el que dormia, y mientras aplicaba mas ramas secas para darle vida al fuego, saque la carpa de su envoltorio.

Eran las 2 de la mañana, quedaban menos de 4 horas para levantarme, pero eso no importaba, si algo pensaba atacarme, preferia tener un aviso en la cubierta de la carpa antes de sentir las uñas clavadas en mi espalda.

Nunca me costo tanto tiempo armar una carpa, tanto esfuerzo, en medio de tanta oscuridad, y tan urgentemente, con los nervios trizados por la tension.

Despues de varios minutos de encontrar, ubicar y posicionar las piezas, tenia a un lado de la fogata, un bosquejo que se podia confundir con una carpa medianamente bien armada.

Me meti adentro de un salto, y la cerre por dentro, siempre con mi cuchillo en la mano. Y ya sabia que tenia una ventaja. Estaba en un lugar medianamente cerrado, y quiza psicologicamente protegido.

Cerre la carpa y me senti quiza aliviado.

Fue una solucion meramente psicologica, porque quiza encerrado ahi en esa delgada caja de plastico, me negaba al hecho innegable que estaba solo en lo profundo de un bosque y a la orilla de un rio.

Pero estaba ahi, solo que no lo veia.

Quiza mi mente en un esfuerzo por protegerse se contentaba con imaginar que esas cuatro parades piramidales de tela eran todo mi universo y ahi afuera, no existia nada mas.

Sea como sea, segui tenso varios minutos mas, el fuego siguio ardiendo lo que debia arder, se reflejaban las sombras de los palos en llamas en la pared frontal de la carpa y el movimiento de los brazos del fuego hacia que se movieran las sombras dentro de la carpa.

Un ataque sicologico a gran escala.

Intensifique la atencion a los ruidos de afuera, y luego de una relativa tranquilidad mental, supongo que por fin, me dormi.

Desperte, sepa dios, cuanto rato despues. El fuego se habia apagado de nuevo y estaba de nuevo en la mas absurda negrura de la noche.

Mala suerte, te aguantas, ahora si que no hay nada que hacer, duermete ya, el destino no esta en tus manos.

Y con ese pensamiento, que pase lo que tenga que pasar, deje todo en manos del destino y por primera vez en toda la noche, me relaje.

Me relaje de pensar que yo no podia evitar que pasara lo que estaba pasando, no podia evitar ser victima de un animal salvaje o de mi imaginacion, esto estaba fuera de control, y una vez aprendido que no habia forma de controlarlo, me entregue a esa condicion, asumiendo que debia esperar, que las cosas que fueran a pasar, iban a pasar igual, me guste o no.

Y por fin, finalmente me dormi.

Me desperte 3 o 4 veces mas durante la noche, no podia dejar de estar alerta. El instinto de lucha siempre ha sido mas fuerte que la resignacion.

Llego la mañana, el despertador sono a las 6. Pero yo no estaba ya para juegos, no habia dormido nada, asi que lo deje sonar.

A las nueve de la mañana considere que era buena hora para salir de ahi y partir.



Traté de prometerme no conducirme de nuevo a una situacion asi, aunque por otro lado, le agrego una salsa a mi aventura, muy dificil de dejar pasar.

Me preguntas si lo haria de nuevo?

Es una dificil pregunta. Pero si lo pienso, dentro de un viaje de estas caracteristicas, esta clase de cosas es un riesgo que esta incluido dentro del paquete.

El viaje entero vale mas que una noche de miedo.

Quiza si, no volveria a pasar por eso, pero eso implica no volver a viajar asi...

...Y eso no es algo que este dispuesto a dejar de hacer.



Si es necesario, que venga ya, que voy a estar mejor preparado.

En un cafe, de los muchos cafes que hay en el mundo, en una ciudad, de las muchas ciudades que hay en el mundo, escribo estas lineas... para ti.

domingo, 18 de febrero de 2007

DOMINGO 11 DE FEBRERO, 21:05 hrs. En S39 03 58.4 W71 39 40.6

Luego de llegar a la playa del Lago Caburga en la mañana, me tome el tiempo necesario para sacarme los puros zapatos y nadar libremente hasta que me diera cuenta que la playa se encontraba demasiado lejos.

Es una cosa fascinante nadar en un lago suave como una taza llena de crema.

Y una vez afuera del agua, ya poniendome los zapatos para seguir mi camino, me encontre con esta situación de imperiosa necesidad ecologica.

Me tome el tiempo necesario para organizar una comitiva de 5 niños, una guagua, y una mama asustada, para que siguieran sacando los bichitos del agua para irlos a dejar a los arboles a que continuaran viviendo.

A las 1 y media ya estaba pedaleando de nuevo y alejandome del lago.

Hacia el norte de esa playa, se muestra impotente, no… impotente no. Imponente ( Ahí si ), un cerro enorme que bordea el lago hasta terminarlo y todo lo que viene son nada mas que subidas y solo eso.



Y mientras empujaba mi bicicleta entre piedras que se resbalan bajo mis zapatos continuaba hacia arriba con el famoso pensamiento que posibilitaba mi ascenso…

“Todo lo que sube, tiene que bajar”.

En la playa estaba a 412 metros de altura sobre el mar, y una vez llegado a la cima del cerro ( 4 kilometros después ), estaba a 606 metros.

Fue una mierda…

No quiero usar palabras bonitas para describir algo que no lo es. Fue terrible, aunque debo agradecer a los astros celestiales del infinito cosmos, que ademas de lloriquear cuesta arriba en un camino plagado de arboles que me protegen del sol…

… no habia sol.

Solo una masa espeza de nubes sobre el cielo.

Lo que me molestaba bastante puesto que me habia ido a nadar al lago con la ropa puesta, y en ese momento la llevaba toda mojada.

Siempre uno encuentra algo de que quejarse…

Llegue arriba harto rato después, pero lo que venia a continuación, fue una sucesion interminable de hechos fantasticos.

La bajada.

Que maravillosa es esa experiencia de ir empujado a altas velocidades por una fuerza generada a travez de la tierra.

En esos momentos yo pensaba, que sin importar si me demorara 3 horas en subir, daba lo mismo, pues la misma distancia, tardaba 5 minutos en bajar. Es un tema de traspazo de energias:

Yo acumulo energia potencial mientras subo, y al bajar, la libero en forma de energia cinetica.

Conceptos de fisica basica aplicadas a un baboso sin remedio.



Esta fotografia habla claramente del momento en el que se inicia el descenso. Ahí se puede ver el letrero que indica la fuente de todas mis felicidades.



En esta se puede ver la bicicleta desde otro angulo.

Y luego durante unos cortos 5 minutos, mi vida fue un paraíso rebosante de la mas completa e integra felicidad, opacada solamente durante aquellos momentos en los que escuchaba un golpe atrás mio, y después de mirar horrorizado que se me habia caido la botella del agua, tener que frenar, para detener la bicicleta 50 metros mas abajo y volver a pie hacia arriba para poder recuperar la botella.

Cosas…

Sin contar ademas que viajaba con un neumatico pinchado y frente a la completa y nula disposición para arreglarla, debia parar periódicamente para volver a meterle a la rueda, el aire que se le salia por los agujeros que se le habian echo.

Una cosa divertidisima… ufff…

Luego, y en un tramo particularmente bello del descenso, veo a una orilla del camino, un precipicio bastante empinado, que descendia abruptamente para terminar alla abajo, muy a lo lejos, en un rio. El rio del celeste mas azulino que te puedas imaginar.

Y alla, al fondo, unas rocas enormes que lo cortaban en dos y fraccionaban su paso.

Yo pense para mi mismo, que maravilla poder estar sobre esa roca… y fue entonces cuando los vi.

3 personas corrian sobre esas rocas fotografiandolo todo.

- Ah no – dije para mi mismo – Yo tambien quiero estar ahí.

Asi que agarre de nuevo mi bicicleta y parti raudo, mas raudo que antes por dicha bajada. Y en un tramo no muy lejano, veo un auto estacionado a la orilla, y justo a la orilla del auto… un sendero.

Tuve que morder los frenos para poder detenerme a tiempo.

Deje botada mi bicicleta ahí atrás del auto estacionado, y me meti corriendo al sendero con mi camara en la mano.

Llegue justo cuando dos de ellos estaban agarrandole las piernas al tercero para que pudiera colgarse por la pared rocosa sin caerse.

Después de las presentaciones formales y las sorprendentes exclamaciones de alegria por encontrarnos donde estabamos y luego de que se levantara del suelo el tercero que estaba colgando, me preguntaron…

- Te agarramos a ti para que saques fotos?

Y asi presa de un miedo atroz, mientras miraba al fondo de un acantilado un rio celeste, frio como el corazon del diablo, se debatia a golpes entremedio de un pasillo delgado y rocoso, abriendose paso para llegar al mar.



Fue un momento glorioso.

Y en eso… un rayo en el cielo.

Eran las 3 y media de la tarde, asi que no tuvimos la oportunidad de verlo, pero si escuchamos todo su devastador poder.

Luego otro, y otro y otro mas!

Estos muchachos después de ponerse blancos, dijeron que tenian que irse porque si los pillaba la lluvia en el auto, el auto iba a quedarse empantanado y nadie lo sacaria jamas.

Y corriendo, desaparecieron.

Y corriendo, desapareci yo. Porque si la lluvia me pillaba en el camino, y no habia armado la carpa, me iba a dejar irremediablemente, mojado hasta los cachos.

Asi que mientras duro la bajada, me mantuve detrás del auto de los muchachos… pero una vez abajo, me dije: Que estupido soy, estoy dejando un lugar increíble por un poco de agua, y me volvi.

Asi que subi con mi bicicleta de nuevo, contrario a la advertencia de muchos rayos que estallaban en el cielo, y volvi a las rocas para sacarle el jugo a un lugar que francamente lo merecia.

Asi que descargue mi bicicleta y lleve todas mis cosas sobre la roca mayor, que era bastante mayor para cualquiera de los efectos imaginarios.

Aquí voy a poner la carpa en caso de necesidad.

Y me largue al carajo a recorrerlo todo mientras los rayos en el cielo me decian: Te estas aventurando mucho, huevon.

Y por el lado sur de la roca mas grande, encontre un sendero que bajaba, y bajaba. Yo creo que hubiera sido ideal para asesinar a alguien, porque yo mismo estuve a punto de suicidarme varias veces en esa bajada.

Era sencillamente resbalozo. No habia nada de que agarrarse, salvo las raices de los arboles que estaban entremedio. Y gracias a dios que habian raices, sino, en este momento estaria con una fractura multiple de fémur, doble factura de radio y fibula, esguince de muñeca, y si la caida hubiese salido bien, un traumatismo encefalo craneano abierto.

Eso en el mejor de los casos, porque la verdad de las cosas, fue una estupidez bajar.

Una estupidez de la que no me arrepiento.

Porque al llegar abajo, me doy cuenta que por la pared del frente, que era mas empinada y con menos arboles que por la que bajaba yo, venian bajando dos pescadores con cañas y aperos.

Una cosa tremenda.

Asi que una vez abajo, y camara en mano, me dispongo hacer a lo que habia venido.



Tremendicidades marcianas.

Y cuando estaba abajo, vi una persona que me saludaba desde arriba, que estaba en el lugar en el que yo iba a poner la carpa.

Salude de vuelta y comence a subir.

Me encontre con el alla arriba, y resulto ser todo un personaje. Estuvimos conversando un buen rato ahí sentados en la piedra. Me conto que habia vivido ahí toda su vida, asi que lo inunde en preguntas referentes a mi viaje.

Me conto que me faltaban unas dos horas en bicicleta para llegar a Reigolil, y a Reigolil yo esperaba llegar ese dia para poder alojar. Me conto que habia solo un par de subidas mas y luego era todo planito, pero nada difícil.

En medio de los rayos, le pregunte si llovia, y me contesto que por ningun motivo.

Asi que presuroso, tomo mis cosas, mi carpa, mis mochilas, y todas mis porquerias, me despido de el, le doy las gracias y sigo a Reigolil.

Pero el destino tenia otras cosas reservadas para mi.

Eran las 5 de la tarde cuando me encontre con una cuesta en la que se habian tenido que devolver 2 autos por la imposibilidad de pasar.

Y yo subiendo a mano.

La gente que subia en camionetas y en 4x4, me hacia burlas mientras pasaban por al lado, e incluso una familia completa, se detuvo a mi lado para darme animo y siguió arriba.

Media hora después, yo aun no habia llegado arriba cuando la familia pasaba de vuelta.

Me contaron que quedaban dos subidas mas como esa y luego estaban las termas del Rio Blanco.

Las termas son una cosa fantastica, sobretodo aca. El agua caliente brota de entre las rocas, y personas con un poco de imaginación y mucho dinero, las convierten en cabañas de lujo con piscinas naturales de agua caliente… un negocio millonario en estos parajes.

Y me quedaban solo un par de subidas, tal como esa.

Después de numerosisimas maldiciones y quiza uno que otro lloriqueo, consigo llegar arriba, para darme cuenta que me tocaba una peor.

Se me estaba llendo la luz, asi que decidi pasar la noche ahí, a la orilla del Rio Blanco, para seguir en la mañana… total, quedaban dos horas en bicicleta para llegar a Reigolil.

Me meti en la bicicleta, y al lado del rio me encontre con una familia. De lo mas agradable, altiro hicimos buenas migas, y que de donde son, y que buena onda y que todo bien.

Asi que tenia familia para pasar la noche.

Todo bien.

Me desapareci un rato para recorrer el lugar. Saque miles de fotos… ahí habia un puente de madera echo a mano, y ahí mismo me quede dormido quiza cuanto rato, y cuando desperte…



… mire al rio y vi a un monton de personas haciendome chao con la mano.

Parti apurado a ver que pasaba…

… se iban.

Iba a pasar la noche solo.

Asi que junte un monton de leña que al lado de los rios es lo unico que hay, y prendi una fogata.

Aquí estoy, esperando que se cocine mi comida, y luego a dormir con las estrellas.



Ni ahí con armar una carpa.

En un cafe, de los muchos cafes que hay en el mundo, en una ciudad, de las muchas ciudades que hay en el mundo, escribo estas lineas... para ti.

DOMINGO 11 DE FEBRERO, 21:05 hrs. En S39 03 58.4 W71 39 40.6

Luego de llegar a la playa del Lago Caburga en la mañana, me tome el tiempo necesario para sacarme los puros zapatos y nadar libremente hasta que me diera cuenta que la playa se encontraba demasiado lejos.

Es una cosa fascinante nadar en un lago suave como una taza llena de crema.

Y una vez afuera del agua, ya poniendome los zapatos para seguir mi camino, me encontre con esta situación de imperiosa necesidad ecologica.

Me tome el tiempo necesario para organizar una comitiva de 5 niños, una guagua, y una mama asustada, para que siguieran sacando los bichitos del agua para irlos a dejar a los arboles a que continuaran viviendo.

A las 1 y media ya estaba pedaleando de nuevo y alejandome del lago.

Hacia el norte de esa playa, se muestra impotente, no… impotente no. Imponente ( Ahí si ), un cerro enorme que bordea el lago hasta terminarlo y todo lo que viene son nada mas que subidas y solo eso.



Y mientras empujaba mi bicicleta entre piedras que se resbalan bajo mis zapatos continuaba hacia arriba con el famoso pensamiento que posibilitaba mi ascenso…

“Todo lo que sube, tiene que bajar”.

En la playa estaba a 412 metros de altura sobre el mar, y una vez llegado a la cima del cerro ( 4 kilometros después ), estaba a 606 metros.

Fue una mierda…

No quiero usar palabras bonitas para describir algo que no lo es. Fue terrible, aunque debo agradecer a los astros celestiales del infinito cosmos, que ademas de lloriquear cuesta arriba en un camino plagado de arboles que me protegen del sol…

… no habia sol.

Solo una masa espeza de nubes sobre el cielo.

Lo que me molestaba bastante puesto que me habia ido a nadar al lago con la ropa puesta, y en ese momento la llevaba toda mojada.

Siempre uno encuentra algo de que quejarse…

Llegue arriba harto rato después, pero lo que venia a continuación, fue una sucesion interminable de hechos fantasticos.

La bajada.

Que maravillosa es esa experiencia de ir empujado a altas velocidades por una fuerza generada a travez de la tierra.

En esos momentos yo pensaba, que sin importar si me demorara 3 horas en subir, daba lo mismo, pues la misma distancia, tardaba 5 minutos en bajar. Es un tema de traspazo de energias:

Yo acumulo energia potencial mientras subo, y al bajar, la libero en forma de energia cinetica.

Conceptos de fisica basica aplicadas a un baboso sin remedio.



Esta fotografia habla claramente del momento en el que se inicia el descenso. Ahí se puede ver el letrero que indica la fuente de todas mis felicidades.



En esta se puede ver la bicicleta desde otro angulo.

Y luego durante unos cortos 5 minutos, mi vida fue un paraíso rebosante de la mas completa e integra felicidad, opacada solamente durante aquellos momentos en los que escuchaba un golpe atrás mio, y después de mirar horrorizado que se me habia caido la botella del agua, tener que frenar, para detener la bicicleta 50 metros mas abajo y volver a pie hacia arriba para poder recuperar la botella.

Cosas…

Sin contar ademas que viajaba con un neumatico pinchado y frente a la completa y nula disposición para arreglarla, debia parar periódicamente para volver a meterle a la rueda, el aire que se le salia por los agujeros que se le habian echo.

Una cosa divertidisima… ufff…

Luego, y en un tramo particularmente bello del descenso, veo a una orilla del camino, un precipicio bastante empinado, que descendia abruptamente para terminar alla abajo, muy a lo lejos, en un rio. El rio del celeste mas azulino que te puedas imaginar.

Y alla, al fondo, unas rocas enormes que lo cortaban en dos y fraccionaban su paso.

Yo pense para mi mismo, que maravilla poder estar sobre esa roca… y fue entonces cuando los vi.

3 personas corrian sobre esas rocas fotografiandolo todo.

- Ah no – dije para mi mismo – Yo tambien quiero estar ahí.

Asi que agarre de nuevo mi bicicleta y parti raudo, mas raudo que antes por dicha bajada. Y en un tramo no muy lejano, veo un auto estacionado a la orilla, y justo a la orilla del auto… un sendero.

Tuve que morder los frenos para poder detenerme a tiempo.

Deje botada mi bicicleta ahí atrás del auto estacionado, y me meti corriendo al sendero con mi camara en la mano.

Llegue justo cuando dos de ellos estaban agarrandole las piernas al tercero para que pudiera colgarse por la pared rocosa sin caerse.

Después de las presentaciones formales y las sorprendentes exclamaciones de alegria por encontrarnos donde estabamos y luego de que se levantara del suelo el tercero que estaba colgando, me preguntaron…

- Te agarramos a ti para que saques fotos?

Y asi presa de un miedo atroz, mientras miraba al fondo de un acantilado un rio celeste, frio como el corazon del diablo, se debatia a golpes entremedio de un pasillo delgado y rocoso, abriendose paso para llegar al mar.



Fue un momento glorioso.

Y en eso… un rayo en el cielo.

Eran las 3 y media de la tarde, asi que no tuvimos la oportunidad de verlo, pero si escuchamos todo su devastador poder.

Luego otro, y otro y otro mas!

Estos muchachos después de ponerse blancos, dijeron que tenian que irse porque si los pillaba la lluvia en el auto, el auto iba a quedarse empantanado y nadie lo sacaria jamas.

Y corriendo, desaparecieron.

Y corriendo, desapareci yo. Porque si la lluvia me pillaba en el camino, y no habia armado la carpa, me iba a dejar irremediablemente, mojado hasta los cachos.

Asi que mientras duro la bajada, me mantuve detrás del auto de los muchachos… pero una vez abajo, me dije: Que estupido soy, estoy dejando un lugar increíble por un poco de agua, y me volvi.

Asi que subi con mi bicicleta de nuevo, contrario a la advertencia de muchos rayos que estallaban en el cielo, y volvi a las rocas para sacarle el jugo a un lugar que francamente lo merecia.

Asi que descargue mi bicicleta y lleve todas mis cosas sobre la roca mayor, que era bastante mayor para cualquiera de los efectos imaginarios.

Aquí voy a poner la carpa en caso de necesidad.

Y me largue al carajo a recorrerlo todo mientras los rayos en el cielo me decian: Te estas aventurando mucho, huevon.

Y por el lado sur de la roca mas grande, encontre un sendero que bajaba, y bajaba. Yo creo que hubiera sido ideal para asesinar a alguien, porque yo mismo estuve a punto de suicidarme varias veces en esa bajada.

Era sencillamente resbalozo. No habia nada de que agarrarse, salvo las raices de los arboles que estaban entremedio. Y gracias a dios que habian raices, sino, en este momento estaria con una fractura multiple de fémur, doble factura de radio y fibula, esguince de muñeca, y si la caida hubiese salido bien, un traumatismo encefalo craneano abierto.

Eso en el mejor de los casos, porque la verdad de las cosas, fue una estupidez bajar.

Una estupidez de la que no me arrepiento.

Porque al llegar abajo, me doy cuenta que por la pared del frente, que era mas empinada y con menos arboles que por la que bajaba yo, venian bajando dos pescadores con cañas y aperos.

Una cosa tremenda.

Asi que una vez abajo, y camara en mano, me dispongo hacer a lo que habia venido.



Tremendicidades marcianas.

Y cuando estaba abajo, vi una persona que me saludaba desde arriba, que estaba en el lugar en el que yo iba a poner la carpa.

Salude de vuelta y comence a subir.

Me encontre con el alla arriba, y resulto ser todo un personaje. Estuvimos conversando un buen rato ahí sentados en la piedra. Me conto que habia vivido ahí toda su vida, asi que lo inunde en preguntas referentes a mi viaje.

Me conto que me faltaban unas dos horas en bicicleta para llegar a Reigolil, y a Reigolil yo esperaba llegar ese dia para poder alojar. Me conto que habia solo un par de subidas mas y luego era todo planito, pero nada difícil.

En medio de los rayos, le pregunte si llovia, y me contesto que por ningun motivo.

Asi que presuroso, tomo mis cosas, mi carpa, mis mochilas, y todas mis porquerias, me despido de el, le doy las gracias y sigo a Reigolil.

Pero el destino tenia otras cosas reservadas para mi.

Eran las 5 de la tarde cuando me encontre con una cuesta en la que se habian tenido que devolver 2 autos por la imposibilidad de pasar.

Y yo subiendo a mano.

La gente que subia en camionetas y en 4x4, me hacia burlas mientras pasaban por al lado, e incluso una familia completa, se detuvo a mi lado para darme animo y siguió arriba.

Media hora después, yo aun no habia llegado arriba cuando la familia pasaba de vuelta.

Me contaron que quedaban dos subidas mas como esa y luego estaban las termas del Rio Blanco.

Las termas son una cosa fantastica, sobretodo aca. El agua caliente brota de entre las rocas, y personas con un poco de imaginación y mucho dinero, las convierten en cabañas de lujo con piscinas naturales de agua caliente… un negocio millonario en estos parajes.

Y me quedaban solo un par de subidas, tal como esa.

Después de numerosisimas maldiciones y quiza uno que otro lloriqueo, consigo llegar arriba, para darme cuenta que me tocaba una peor.

Se me estaba llendo la luz, asi que decidi pasar la noche ahí, a la orilla del Rio Blanco, para seguir en la mañana… total, quedaban dos horas en bicicleta para llegar a Reigolil.

Me meti en la bicicleta, y al lado del rio me encontre con una familia. De lo mas agradable, altiro hicimos buenas migas, y que de donde son, y que buena onda y que todo bien.

Asi que tenia familia para pasar la noche.

Todo bien.

Me desapareci un rato para recorrer el lugar. Saque miles de fotos… ahí habia un puente de madera echo a mano, y ahí mismo me quede dormido quiza cuanto rato, y cuando desperte…



… mire al rio y vi a un monton de personas haciendome chao con la mano.

Parti apurado a ver que pasaba…

… se iban.

Iba a pasar la noche solo.

Asi que junte un monton de leña que al lado de los rios es lo unico que hay, y prendi una fogata.

Aquí estoy, esperando que se cocine mi comida, y luego a dormir con las estrellas.



Ni ahí con armar una carpa.

En un cafe, de los muchos cafes que hay en el mundo, en una ciudad, de las muchas ciudades que hay en el mundo, escribo estas lineas... para ti.

jueves, 15 de febrero de 2007

DOMINGO 11 DE FEBRERO, 13:30 HRS. COSTA NORTE, LAGO CABURGA. S39 04 21.7 W71 45 23.8

Ahora me encuentro tirado en la playa del lago mas tranquilo que me he podido imaginar.

Esta es la orilla norte y la mas desconocida del lago caburga. Despues me entere que muchas de las personas que llegaron aqui, llegaron por error, porque ellos querian ir a la orilla sur, pero vieron el mapa y para aca eran menos kilometros.

En fin, es un lago fantastico.



Puedes nadar y nadar en linea recta distancias enormes y es como nadar en una piscina.

No pude imaginar una noche mas fantastica que la de anoche. La noche de anoche, fue la mejor de todas las noches.

Me costaba trabajo visualizar que lo que estaba viviendo era real: Yo tumbado de espaldas en la arena, metido adentro de un saco, tapado hasta las narices para que no me picaran los zancudos, sintiendo entremedio de mi ropa, la variedad mas impresionante de diversidad animal.

A cada rato tenia que meter una mano y urguetear que era lo que me caminaba por debajo de la ropa, esperando vanamente que el susodicho no me fuera a morder, picar, arañar o envenenar.

Pero estaba de espaldas al cielo, mirando ese infinito mar de estrellas. No se hasta que hora me quede despierto, pero fue hasta tarde, y a pesar de que se me cerraban los ojos, no podia resistirme a seguir contando estrellas fugaces y a analizar el movimiento de las estrellas, como lo han hecho desde hace miles de años.

Hay un par de personas que dicen por ahí que dormir es una perdida de tiempo.

Ayer tuvieron mucha razon.

Finalmente supuse que me dormi, bajo una brisa tibia y el suave movimiento de los arboles, acompañado quizas por alguno que otro pajaro cantarin. Puse la alarma del gps a las 6 y 30, pero faltaban 10 minutos para las 6 cuando ya estaba en pie. Me desperte 40 minutos antes de que sonara el despertador.

Cagado de frio, un frio humedo que se mete por dentro, un asco.

Se soluciona bastante facil con un chaleco grueso que afortunadamente andaba trayendo.

Aun no salia el sol, y el paisaje era tremendo. Pero debo reconocer que no lo quise fotografiar por dos razones.

La primera, era que no queria meter mucho ruido con el disparador, que la obturación de mi camara HACE ruido, sobretodo a las 6 de la mañana, pero en realidad no me importaba despertar a todo el mundo si la foto hubiera salido buena.

La segunda razón era la mas importante: tenia la camara guardada al fondo de mi bolso por dos razones. La primera, era por si se desataba una lluvia cordillerana inesperada y repentina y no tuviera donde guardarla a tiempo, y la segunda, en caso de que hubiesen aparecido personas que les guste apropiarse de lo ajeno.

Ademas, ya tenia todo listo y guardado para armar mi bicicleta y partir inmediatamente apenas me levantara.

Asi que a las 6 y 30 ya estaba pedaleando por la orilla del lago. Es tan tremenda esa sensación de pedalear en la mañana en un lugar asi, que estas tan contento, que cantas a todo pulmon y te ries solo.

Claro que la sonrisa y la cancion desaparecen tan rapido como aparece la primera subida. Y todo vuelve a ser caos y sufrimiento.

Llegue al final del lago a las 8 30 de la mañana. Dos horas para hacer 12 kilometros es una vergüenza, pero y que… yo no ando rompiendo ninguna marca, soy un viajero, no un atleta.

Recargue mi botella en el rio que sale del lago y parti feliz.



El camino que venia ahora, me llevaba directamente al lago caburga, y es uno de los mas bonitos por los que me ha tocado pasar.



Justo antes de llegar al lago, me encontre con el ultimo y mas sorprendente vestigio de la civilización: Un telefono publico.

Pero este no era uno rasca y ordinario como todos los demas. Noo… era un supercivilizadisimo y ultravanguardista telefono solar, satelital.

Chupate esa.

Pero por ningun lado le pude pillar la ranurita para ponerle la moneda. Estuve un rato ahí dilucidando el mecanismo, cuando aparecio un muchacho que me dijo como funcionaba el novedoso sistema rural.

Tenia que comprar una tarjetita telefonica en el negocio de al frente.

UN NEGOCIO!

Esto si que era sorpresa. Ya me estaba cayendo del hambre, y cocinar a la orilla del camino era algo que no iba a hacer. Asi que parti al supermercado, que era algo asi como un closet, adaptado con repisas para ubicar “los productos” y en cartones recortados de pedazos de cajas, los precios escritos por un niño chico con un plumon gastado.

La señora que me atendio debio haberse arrancado de un museo, porque tenia mas años de los que ella misma hubiese podido recordar. Tenia arrugas hasta en las orejas, dios mio la señora vieja. Yo creo que vino la muerte a buscarla y ella la mando de vuelta, que no la molestara porque estaba ocupada.

Le compre una tarjetita de llamado, y chocolates y galletas saladas que carbohidratos y sodio era lo unico que me parecia necesario en toda la humanidad.

La momia, perdon, la señora me conto que anoche habiamos tenido puelche y que por eso el viento era tibio.

Pero que es el puelche…

El puelche es un viento argentino, tibio y que sopla desde otro lado. Deja la grande cuando viene porque todos los arboles y los bichitos estan preparados para recibir al viento desde otra parte…

El puelche es un viento fantastico, pero ecológicamente devastador.

En la orilla del agua hay miles de chinitas que fueron llevadas al agua por el viento, nose como se las habran arreglado para llegar a la orilla, pero esta lleno. El borde rocoso del agua es una mancha debil pero rojiza de puras chinitas tratando de secarse en el sol.

En el agua flotan muertas abejas y mariposas, y mucha gente esta tratando de sacar afuera los ciervos volantes que estan desparramados por toda la playa. Estos bichitos son unos escarabajos enormes, y yo en toda mi vida habre visto 2, aquí hay miles.



Y miles a punto de morir.

Como son un poco enormes, puesto que es el escarabajo mas grande de Chile, organice una pequeña campaña para rescatarlos, porque por su apariencia terrible, la gente les tiene miedo y los estaban tratando de aplastar con rocas.



Asi que en 5 minutos ya tenia un grupo de niños sacando los escarabajos del agua para irlos a dejar a los arboles y alrededor de nosotros se armo un grupo de personas que veian como los escarabajitos estos podian caminar por las manos sin hacer ningun daño.

Me hice muy amigo de un muchacho que estaba ahí, y el se quedo un poco a cargo de la tarea de salvar estos pajaritos.

Ahora tengo que seguir mi camino.

En un cafe, de los muchos cafes que hay en el mundo, en una ciudad, de las muchas ciudades que hay en el mundo, escribo estas lineas... para ti.

DOMINGO 11 DE FEBRERO, 13:30 HRS. COSTA NORTE, LAGO CABURGA. S39 04 21.7 W71 45 23.8

Ahora me encuentro tirado en la playa del lago mas tranquilo que me he podido imaginar.

Esta es la orilla norte y la mas desconocida del lago caburga. Despues me entere que muchas de las personas que llegaron aqui, llegaron por error, porque ellos querian ir a la orilla sur, pero vieron el mapa y para aca eran menos kilometros.

En fin, es un lago fantastico.



Puedes nadar y nadar en linea recta distancias enormes y es como nadar en una piscina.

No pude imaginar una noche mas fantastica que la de anoche. La noche de anoche, fue la mejor de todas las noches.

Me costaba trabajo visualizar que lo que estaba viviendo era real: Yo tumbado de espaldas en la arena, metido adentro de un saco, tapado hasta las narices para que no me picaran los zancudos, sintiendo entremedio de mi ropa, la variedad mas impresionante de diversidad animal.

A cada rato tenia que meter una mano y urguetear que era lo que me caminaba por debajo de la ropa, esperando vanamente que el susodicho no me fuera a morder, picar, arañar o envenenar.

Pero estaba de espaldas al cielo, mirando ese infinito mar de estrellas. No se hasta que hora me quede despierto, pero fue hasta tarde, y a pesar de que se me cerraban los ojos, no podia resistirme a seguir contando estrellas fugaces y a analizar el movimiento de las estrellas, como lo han hecho desde hace miles de años.

Hay un par de personas que dicen por ahí que dormir es una perdida de tiempo.

Ayer tuvieron mucha razon.

Finalmente supuse que me dormi, bajo una brisa tibia y el suave movimiento de los arboles, acompañado quizas por alguno que otro pajaro cantarin. Puse la alarma del gps a las 6 y 30, pero faltaban 10 minutos para las 6 cuando ya estaba en pie. Me desperte 40 minutos antes de que sonara el despertador.

Cagado de frio, un frio humedo que se mete por dentro, un asco.

Se soluciona bastante facil con un chaleco grueso que afortunadamente andaba trayendo.

Aun no salia el sol, y el paisaje era tremendo. Pero debo reconocer que no lo quise fotografiar por dos razones.

La primera, era que no queria meter mucho ruido con el disparador, que la obturación de mi camara HACE ruido, sobretodo a las 6 de la mañana, pero en realidad no me importaba despertar a todo el mundo si la foto hubiera salido buena.

La segunda razón era la mas importante: tenia la camara guardada al fondo de mi bolso por dos razones. La primera, era por si se desataba una lluvia cordillerana inesperada y repentina y no tuviera donde guardarla a tiempo, y la segunda, en caso de que hubiesen aparecido personas que les guste apropiarse de lo ajeno.

Ademas, ya tenia todo listo y guardado para armar mi bicicleta y partir inmediatamente apenas me levantara.

Asi que a las 6 y 30 ya estaba pedaleando por la orilla del lago. Es tan tremenda esa sensación de pedalear en la mañana en un lugar asi, que estas tan contento, que cantas a todo pulmon y te ries solo.

Claro que la sonrisa y la cancion desaparecen tan rapido como aparece la primera subida. Y todo vuelve a ser caos y sufrimiento.

Llegue al final del lago a las 8 30 de la mañana. Dos horas para hacer 12 kilometros es una vergüenza, pero y que… yo no ando rompiendo ninguna marca, soy un viajero, no un atleta.

Recargue mi botella en el rio que sale del lago y parti feliz.



El camino que venia ahora, me llevaba directamente al lago caburga, y es uno de los mas bonitos por los que me ha tocado pasar.



Justo antes de llegar al lago, me encontre con el ultimo y mas sorprendente vestigio de la civilización: Un telefono publico.

Pero este no era uno rasca y ordinario como todos los demas. Noo… era un supercivilizadisimo y ultravanguardista telefono solar, satelital.

Chupate esa.

Pero por ningun lado le pude pillar la ranurita para ponerle la moneda. Estuve un rato ahí dilucidando el mecanismo, cuando aparecio un muchacho que me dijo como funcionaba el novedoso sistema rural.

Tenia que comprar una tarjetita telefonica en el negocio de al frente.

UN NEGOCIO!

Esto si que era sorpresa. Ya me estaba cayendo del hambre, y cocinar a la orilla del camino era algo que no iba a hacer. Asi que parti al supermercado, que era algo asi como un closet, adaptado con repisas para ubicar “los productos” y en cartones recortados de pedazos de cajas, los precios escritos por un niño chico con un plumon gastado.

La señora que me atendio debio haberse arrancado de un museo, porque tenia mas años de los que ella misma hubiese podido recordar. Tenia arrugas hasta en las orejas, dios mio la señora vieja. Yo creo que vino la muerte a buscarla y ella la mando de vuelta, que no la molestara porque estaba ocupada.

Le compre una tarjetita de llamado, y chocolates y galletas saladas que carbohidratos y sodio era lo unico que me parecia necesario en toda la humanidad.

La momia, perdon, la señora me conto que anoche habiamos tenido puelche y que por eso el viento era tibio.

Pero que es el puelche…

El puelche es un viento argentino, tibio y que sopla desde otro lado. Deja la grande cuando viene porque todos los arboles y los bichitos estan preparados para recibir al viento desde otra parte…

El puelche es un viento fantastico, pero ecológicamente devastador.

En la orilla del agua hay miles de chinitas que fueron llevadas al agua por el viento, nose como se las habran arreglado para llegar a la orilla, pero esta lleno. El borde rocoso del agua es una mancha debil pero rojiza de puras chinitas tratando de secarse en el sol.

En el agua flotan muertas abejas y mariposas, y mucha gente esta tratando de sacar afuera los ciervos volantes que estan desparramados por toda la playa. Estos bichitos son unos escarabajos enormes, y yo en toda mi vida habre visto 2, aquí hay miles.



Y miles a punto de morir.

Como son un poco enormes, puesto que es el escarabajo mas grande de Chile, organice una pequeña campaña para rescatarlos, porque por su apariencia terrible, la gente les tiene miedo y los estaban tratando de aplastar con rocas.



Asi que en 5 minutos ya tenia un grupo de niños sacando los escarabajos del agua para irlos a dejar a los arboles y alrededor de nosotros se armo un grupo de personas que veian como los escarabajitos estos podian caminar por las manos sin hacer ningun daño.

Me hice muy amigo de un muchacho que estaba ahí, y el se quedo un poco a cargo de la tarea de salvar estos pajaritos.

Ahora tengo que seguir mi camino.

En un cafe, de los muchos cafes que hay en el mundo, en una ciudad, de las muchas ciudades que hay en el mundo, escribo estas lineas... para ti.