lunes, 20 de agosto de 2007

Y yo queria hablar de los cambios...

Y como siempre, por las ramas me fui, por las ramas me voy.

Andrés ya no vuela con nosotros. El jefe controla todo desde su oficina con sus dedos, como los delgados hilos de una telaraña.

Igual que el padrino.

Pero en todo caso mucho no hay que controlar, porque está todo muy claro a la hora de despegar.



Ahora, como somos dos, vamos los dos sentados adelante con la Maria Isabel. Ha sido re interesante volar con ella, porque a pesar de pasar sentados horas silenciosas en el avion, yo creo que hemos desarrollado una bonita amistad.

Y digo horas silenciosas, porque como no tenemos intercomunicadores, es una lata comunicarse a gritos. Ademas, ella va concentrada con los ojos pegados en la ruta y en la guia que indica donde seguir.

Recien ahora me acabo de enterar que tiene un hijo de casi 30 años y yo tratandola como una chiquilla de 15 años... pero esta bien, que la edad no se mide en los años, sino en el corazon.

Ahora es bien entretenido, porque el ultimo vuelo fue bastante largo, y mientras ella hacia sus cosas y sus anotaciones, o acomodaciones, o sus fotos o lo que sea, yo funcionaba de piloto automatico.

Es re agradable esa sensacion de tener el avion en mi poder, y sentir esas sensibles variaciones que hacen el avion girar de un lado a otro, y combatir de frente al viento que intenta decirte que vayas para otro lado.

Es muy tremenda esa sensacion de volar de verdad.



Hace un frio de perros alla arriba, pero no se siente tanto. Es un frio como el que sentia en estados unidos. Esa sensacion de congelacion externa.

Todo arriba se convierte en hielo.

Claro, como no se va a convertir en hielo con 16° bajo cero? Pero el frio no se siente tanto como en los dedos, la cara y las piernas... que es tan helado, que llegan momentos en que te olvidas que las tienes.

De todas maneras, bien abrigado se aguanta perfectamente.

... ya quiero oir sonar el telefono nuevamente y levantarme para colgarme la camara al hombro y salir abrigado con esa sensacion de alegria de volver a volar.



Quien sabe... tal vez mañana y el telefono esté por sonar.

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