Mañana tengo un examen.
Es uno de esos examenes terribles de los que todos temen.
Pero sabes que?
No me importa tanto. Porque?
Que se yo. Me fue tan mal en el examen escrito, que dificilmente con las condiciones que tengo para la clinica, podria llegar a hacer alguna diferencia en la prueba practica.
Llegamos mañana a las 14:30 y esperamos que llegue un paciente.
Cuando llega, y si es que llega, lo atendemos nosotros. Si no llega, y es probable, el doctor a cargo pide una de las mascotas de la clinica, que puede ser cualquiera de los muchos perritos que pululan por el hospital.
Puede ser el blanquito, el Neo, o la Chaucha.
Se hace un examen clinico completo para buscar los problemas probables, y luego se hace una lista de prediagnosticos para orientar un diagnostico mas o menos certero, corroborado por los examenes de laboratorio posteriormente solicitados.
Es una metodologia bastante clara para tener un diagnostico adecuado y poder formular un tratamiento en base a los hallazgos que hubiesemos descubierto.
Entonces tienes que saber un poco de todo.
Y te ponen nota por eso.
En todo caso es super entretenido, porque es como jugar al doctor, la diferencia es que el que es de veras el doctor, no esta jugando contigo. No sonrie, no coopera, no facilita las cosas, no ayuda, y no le interesas un carajo.
Ademas, tiene una ficha en la mano, donde va escribiendo tus errores, tus equivocaciones, omisiones y faltas.
Esa es la parte menos entretenida del juego.
Y bueno, el juego se acaba con el tratamiento, y finalmente con la nota.
Luego eres libre, y puedes largarte a chingar a tu madre, y a estudiar para la siguiente prueba, y tratar de subir la desastrosa nota que acabas de conseguir.
Asi es como funciona el mundo... uno hace las cosas para mejorar las embarradas pasadas, no para evitar que las embarradas pasen en el futuro.
Si no me creen, preguntenle a las papeleras y celulosas que llevan dos derrames de petroleo a los rios en menos de un mes.
Claro que la segunda vez se perdona, porque como ya habian matado toda forma de vida silvestre en la primera, en el segundo derrame, ya no quedaba nada que matar.
Pobrecitos ellos que sufren demandas y penalizaciones por destruir todos los ecosistemas presentes. Me reconforta pensar que lo hacen compenzados por varios millones de dolares.
Debe ser terrible tener una celulosa... y no poder vivir con el peso de la conciencia, de ganar tantos millones y borrar de un pincelazo toda forma de vida.
Deberian ganar mas, para poder olvidar esa mala experiencia, construyendo otra papelera en lugares aun intactos y asi ganar mas millones.
Y yo que hablaba de mis examenes...
domingo, 24 de junio de 2007
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