Brujas caminantes.

Hoy estaba sentado en la plaza de armas. No hay armas en la plaza, por lo menos no ahora, pero en la epoca de las papas calientes como dicen algunos, los soldados españoles se fortificaban en las plazas para defenderse de los indios y algun pelotudo dijo una vez:

- Mira, parece una plaza de armas!

Y suacate, que quedo como plaza de armas. Entonces cada ciudad que nació como un fuerte defensivo, tiene su propia e indiscutida plaza de armas.

Y yo estaba sentado en la mia. No, yo no tengo una, me refiero a la de mi ciudad. Y tampoco estaba sentado en el suelo, sino en una de las bancas, del tipo de banca de plaza, de esas que por lo general abundan en las plazas.

Esas que tienen caca de paloma seca.

No hay problema, la caca esta seca y no se pega en los pantalones. Aunque igual da un poco de asco, pero luego de un rato te acostumbras, y se te pasa.

Estaba sentado en la banca, con mi bicicleta encadenada en el fierro de la banca esa. Sere huevón, pero no le voy a regalar mi bicicleta a los ladrones que miraban de lejos mi bicicletita con ganas de "yo quiero que sea mia para venderla".

Asi que amarradita estaba bien feliz.

Entonces:

Estaba sentado en una banca, en la plaza de armas, con mi bicicleta amarrada a un lado. Se entiende bien.

Y miraba. Que muchas cosas mas no se pueden hacer en una plaza. Mirar no mas, a todos los babosos que pasan lentos y apurados por delante tuyo, o coquetos y timidos otros. Anda tu a saber porque, pero es entretenido mirar gente pasar.

Y vi a los perritos.

Perritos quiltros, vagos. Una raza internacional bastante diseminada en todo chile, de bastante aguante, que sufren todas las enfermedades, e incluso algunas que se excluyen entre si.

Y ahi estaban los perritos, acostados en el suelo calentandose al sol, muertos de hambre y de pulgas.

Estaban bien tranquilos, todos bastante juntos durmiendo. Luego uno para las orejas, se levanta y parte. Se levanta otro, y luego otro y al final, se levantan todos.

A mi me pareció bastante curioso todo asi que miré para adonde iban, y vi a una mujer que sin lugar a dudar era un mendigo echo y derecho, una indigente, una desvalida.

Y los perritos empezaron a caminar detras de ella. Ella busco la sombra de un arbol, y se sentó en la sombra. Todos los perritos se echaron al lado de ella, y luego ella, empezo a sacar de su saco, pedazos de pan que empezo a repartir entre los perritos que la acompañaban.

Porque regalan mas, los que menos tienen?

Porque los que no tienen, saben lo que se siente no tener nada. A su lado, pasaban cientos de personas que al llegar a su casa de noche, botaban a la basura varios pedazos duros de pan que no alcanzaron a comer.

Y para esta señora, un pedazo de pan sencillamente vale.

Asi y todo lo repartia entre los que lo necesitaban. Aunque fueran perritos, ella sabia lo que era pasar hambre.

Asi fue como comprendí todo.

Los que tienen, no lo comparten porque no se dan cuenta como se sufre no tener nada. Si todos compartieramos todo lo que tenemos, nadie tendria mucho y nadie tendria nada.

No habrian poseciones y a nadie le faltaria nada.

Una idea bastante comunista, por lo tanto utopica y completamente irrealizable.

En todo caso... no fue a eso a lo que vino Jesus?

Pero que tiene que ver jesus con el comunismo?

Los pobres son los unicos que tienen, porque son los unicos que no pueden perder nada.