martes, 16 de diciembre de 2008

Comecalzon!

Despues de todo lo que pasó con la sociedad protectora y toda esa infamia tremenda, fijo que terminamos en conversación familiar para comentar lo acontecido y analizar un poco la tremenda cagaita que se mandaron con los animalitos.

Entonces estabamos en eso, y luego sale mi papá con un pastel:

- Entonces que se supone que tenemos que hacer con esos cachorros que estan ahi muertos de hambre a la orilla del camino?

Y yo quede PLOP. Cuales cachorros?

Y el dale que dale... Esos cachorros que estan ahi, unos negritos que viven entremedio de unas ramas en el camino de ripio.

Entonces ahi surgió el dilema etico moral.

Muchas cosas habiamos dicho contra la protectora y el cuidado de los animalitos y los pobres perritos sin hogar, sin techo, sin comida ni cuidados ni cariño, y luego psaariamos tarde o temprano por al lado de ellos haciendonos los tarados como si no hubiesemos hablado nada y el holocausto canino hubiese sido una pura pesadilla.

Entonces ahi fue cuando me entró la duda, la preocupación y la esperanza.

Duda porque "que haría cuando me los pillara", preocupación, porque "Que haria si me los pillara", y luego esperanza porque "que ganas de pillarmelos".

Dicho y echo, me llamó la coso chico, que la fuera a buscar a la carretera y como soy bien obediente y educado, fui.

Como no iba a ser mi sorpresa enorme y tremenda, que a mitad de camino me encuentro con estas cosas peludas y chicas que daban vueltas perdidos por el camino de tierra.

Paso.

Paso el tiempo suficiente para agarrarme la guata y pensar para mi mismo: Si los tomo y los echo arriba de la camioneta... que hago con los gloriosos perritos una vez en mi casa?

Llego todo acongojado, cavilante y meditabundo al punto de encuentro con la coso chico con una idea fija:

- Cabra chica, ayudame a conseguirles casa a estos perrinos.

Y la Rocio va y me dice: JOTA QUERIA UN PERRITO!!

- Llamalo ahora ya, inmediatamente!!

Resultó ser que Jota, justamente queria un perrito y aceptó quedarse inmediatamente con el de nosotros.

Todavia no los habiamos ni atrapado y ya uno tenia casa!

Ahora habia que agarrarlos.

Asi que nos dirigimos de nuevo por el camino, esta vez con la coso chico, con la intención de capturarlos y los encontramos por ahi mismo donde los vi la primera vez.

Me bajé de la camioneta y arrancaron como si se hubieran encontrado de frente con Cancerbero, el perro guardian que cuida las puertas del infierno.

No quisieron nada conmigo.

Intenté acercarme pero ellos se alejaron mas. Me metí entre las ramas donde estaban y me encontré con algo que me dejo para adentro...

... lo que quedaba del cadaver de uno de sus hermanitos de los que quedaban los puros huesitos y que por lo visto se habian comido.

Fue imposible agarrarlos asi que subimos nuestros traseros de nuevo a la camioneta y fuimos a buscar a javier a la casa, que ese tiene amplias habilidades en el arte de atrapar objetos veloces en movimiento.

Asi que partimos de vuelta con todo el personal y un tarro lleno de comida.

Al principio me impresioné un poco porque uno de los perritos fue victima facil de nuestras garras al apenas haber visto la comida incluso de lejos.

Bastante comprensible puesto que estaban fantasticamente muertos de hambre.

Asi que se acercó, olió la comida, comio dos mascadas y pacato!!!

Ahora era nuestro. Era un perrito.

Terminó de devorar la poca comida que le quedaba y pa arriba de la camioneta. Le pedí a la Rocio que lo cuidara de que no se baje y me fui a buscar el otro que quedaba.

No me habia dado vuelta cuando veo al perrito de un salto bajandose de la camioneta.

Le dije las mil ofensas a la Rocio por ser tan descuidada, que como se le arranca el perrito, que es tan chico, que lo agarrar no mas, que eso y que lo otro. Al final, la Rocio, una inutil.

Un jaleo atrapar al perrito de nuevo.

Pero una vez atrapado el pajaron de nuevo, lo subí a la camioneta y me quedé cuidandolo yo mismo, ahora que la Rocio no servia para nada.

Claro, ahi estaba el pelotudo arriba de la camioneta y no me di ni cuenta cuando el huevon orejón ese hizo PLUP, y se tiró de la camioneta pa abajo.

Calladito no mas me quedé despues de todo lo que le habia dicho a la Rocio por ser tan incompetente.

Este si que fue otro jaleo, porque ya no nos quedaba comida.

Agarrar el otro perrito fue responsabilidad de javier y sus maniobras expertas como arquero.

Claro, el pelotudo se fue caminando como los pavos, mientras la perrita ( porque era perrita ), intentaba encontrar pellets de comida perdidos entre las piedras. Se acercó lo que pudo, haciendose el leso, y derrepente como ataca una Mantis Religiosa a un insecto indefenso, se avalanza veloz y prepotente cruzando el cielo en un estrepito de impacto estelar, cayendo justamente sobre la perrita que nada sospechaba acerca de un ataque celestial impredecible.

Estaba atrapada y completamente asustada y terriblemente impactada.

No importa dijimos nosotros que ya se le pasará cuando tenga su agua, su comida y su casa.

Asi que los agarramos a los dos, y partimos todos en la camioneta hacia mi casa.

Parecian dos niñitos pobres que los sacaban a pasear en avion por primera vez. Miraban todo asombradisimos por la ventana, viendo como veloces pasaban arboles y casas, olvidandose de lo asustados y muertos de hambre que estaban.

Comieron una vez, luego otra y otra vez.

Comieron voraces y luego tranquilos, defendiendo su comida al principio, comprendiendo que era la primera vez en toda su vida que tenian el derecho asegurado de alimentarse.

Gordos y guatones pero asustados y reacios, arrinconados en el fondo de una bodega destinada para ellos, nos miraban asustados con ojos vidriosos, imaginando en que momento saltariamos hacia ellos para devorarlos de un solo mordisco.

Nada de eso pasó, asi que timidamente movian la punta de sus colitas escondidas.



Tuvieron varios momentos felices en mi casa. Luego de un corto periodo de cuarentena los juntamos con la Flo y la Lola para que sociabilizaran con perritos domesticados.

Jack, el perrito de Jota llegó a su nueva casa el sabado. Al principio me asusté un poco, porque el Bruno, el gato de Jota erizó el pelo, levanto la cola, mostró los dientes, sacó las uñas, hizo un par de arcadas... en fin, hizo todo lo que pudó hacer un gato para demostrar desprecio.

Aqui va a salir sangre pensé yo.

Ayer hablé con Jota y me contó que Jack todavia esta muy timido, pero con el Bruno ya son intimos amigos.

La flaquita, su hermana se quedó en mi casa esperando encontrar la suya.

En este tiempo ha llegado a adorar hasta la demencia a la Flo, y a demostrar una infinita y asombrosa gratitud por las maravillosas cosas que ha conocido, que en la fosa que vivia, nunca hubiese imaginado que existian.

Si encuentra una casa, muy feliz por ella.

Pero si no, muy felices nosotros tambien, que ya nos hemos encariñado con su ternura.

No hay comentarios: