Fui a hablar con el apenas llego y le dije:
- Habrá espacio como para meter mi bicicletita? – Y con cara de niño con hambre, le apunte mi bicicletita que estaba estacionada ahí al lado.
Ni siquiera me miró y me dijo que “NO”. Hijo de perra… ya veras, le dije.
Noo, no le dije, pero lo pense.
Igual no mas, saque la carpa, mi trípode, las alforjitas, y con una llave, la desmembre completamente: Le saque las ruedas, la parrilla, el volante, la deje echo un puro fierro lleno de cables. Todo eso en 5 minutos.
Y el pelotudo mal genio ahí dale metiendo bolsos y maletas en su cochino bus.
Mientras destripaba mi bicicletita en ese terminal atestado de gente, unas viejas que estaban en un asiento al lado mio cuchicheaban entre ellas, hasta que una llega y me dice…
- Para donde va?
Le digo rapidamente y en forma muy basica, un esquema bastante incompleto de mi itinerario. Y luego ella…
- Y va solito?
Le explico brevemente y en forma muy concisa, que es difícil viajar acompañado porque no encuentras quien vaya contigo, ademas, no me importa viajar solo. Entonces ella me dice…
- Yo te puedo hablar de cristo…
Yo pense, “y yo le puedo hablar de maoma…”
- Conoces a cristo?
Era una pregunta bastante sencilla, con una respuesta mas sencilla aun, y cuando le dije que Si, no me esperaba la funesta consecuencia del desenlace que venia a continuación…
- Aleluya, alabado sea el señor!! Por eso no teme viajar solito, porque tu sabes que cristo es tu fiel compañero, porque mientras creas en el, nada te va a faltar, y sera tu guia y tu luz, y tu camino…
Y yo… con los ojos abiertos como platos, me preguntaba y yo como vine a parar aquí. En eso, junto con la otra vieja, me toman de la mano y empiezan a rezar por mi. Me hablan de las aventuranzas del viaje y de las virtudes de dios y yo dale con decir que si y que si, y amen.
Se aburrieron de mi, porque parece que se dieron cuenta que no era “un hermano” y me desearon felicidades y bendiciones y se fueron…
Levante los hombros y segui desarmando mi bicicletita.
Se prendio el motor del bus y parti de nuevo a hablar con el “Joven”.
- Joven, habrá espacio como para meter mi bicicletita? – Y ahí con cara de niño con hambre, le apunto mi bicicletetita que estaba desmembrada y apilada echo un monton de fierros con cables.
No me miro, pero miro la bicicletita recienmente destripada, y me dijo que “NO”.
Y yo ahí le digo…
- como que no?? Ahí cabe de mas.
Y un tipo gordo que estaba ahí al lado mio le dice: Subale no mas la bicicleta, si seguro que cabe.
El tipo me mira, lo mira a el, mira la bicicleta y yo…
… yo estoy sentado en este bus de mierda esperando que parta.
Desde la ventana del ultimo asiento le hago un saludo al gordo enorme que fue mi complice.
Me saluda de vuelta y el bus esta listo para partir.
En un cafe, de los muchos cafes que hay en el mundo, en una ciudad, de las muchas ciudades que hay en el mundo, escribo estas lineas... para ti.
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