Esta es la orilla norte y la mas desconocida del lago caburga. Despues me entere que muchas de las personas que llegaron aqui, llegaron por error, porque ellos querian ir a la orilla sur, pero vieron el mapa y para aca eran menos kilometros.
En fin, es un lago fantastico.
Puedes nadar y nadar en linea recta distancias enormes y es como nadar en una piscina.
No pude imaginar una noche mas fantastica que la de anoche. La noche de anoche, fue la mejor de todas las noches.
Me costaba trabajo visualizar que lo que estaba viviendo era real: Yo tumbado de espaldas en la arena, metido adentro de un saco, tapado hasta las narices para que no me picaran los zancudos, sintiendo entremedio de mi ropa, la variedad mas impresionante de diversidad animal.
A cada rato tenia que meter una mano y urguetear que era lo que me caminaba por debajo de la ropa, esperando vanamente que el susodicho no me fuera a morder, picar, arañar o envenenar.
Pero estaba de espaldas al cielo, mirando ese infinito mar de estrellas. No se hasta que hora me quede despierto, pero fue hasta tarde, y a pesar de que se me cerraban los ojos, no podia resistirme a seguir contando estrellas fugaces y a analizar el movimiento de las estrellas, como lo han hecho desde hace miles de años.
Hay un par de personas que dicen por ahí que dormir es una perdida de tiempo.
Ayer tuvieron mucha razon.
Finalmente supuse que me dormi, bajo una brisa tibia y el suave movimiento de los arboles, acompañado quizas por alguno que otro pajaro cantarin. Puse la alarma del gps a las 6 y 30, pero faltaban 10 minutos para las 6 cuando ya estaba en pie. Me desperte 40 minutos antes de que sonara el despertador.
Cagado de frio, un frio humedo que se mete por dentro, un asco.
Se soluciona bastante facil con un chaleco grueso que afortunadamente andaba trayendo.
Aun no salia el sol, y el paisaje era tremendo. Pero debo reconocer que no lo quise fotografiar por dos razones.
La primera, era que no queria meter mucho ruido con el disparador, que la obturación de mi camara HACE ruido, sobretodo a las 6 de la mañana, pero en realidad no me importaba despertar a todo el mundo si la foto hubiera salido buena.
La segunda razón era la mas importante: tenia la camara guardada al fondo de mi bolso por dos razones. La primera, era por si se desataba una lluvia cordillerana inesperada y repentina y no tuviera donde guardarla a tiempo, y la segunda, en caso de que hubiesen aparecido personas que les guste apropiarse de lo ajeno.
Ademas, ya tenia todo listo y guardado para armar mi bicicleta y partir inmediatamente apenas me levantara.
Asi que a las 6 y 30 ya estaba pedaleando por la orilla del lago. Es tan tremenda esa sensación de pedalear en la mañana en un lugar asi, que estas tan contento, que cantas a todo pulmon y te ries solo.
Claro que la sonrisa y la cancion desaparecen tan rapido como aparece la primera subida. Y todo vuelve a ser caos y sufrimiento.
Llegue al final del lago a las 8 30 de la mañana. Dos horas para hacer 12 kilometros es una vergüenza, pero y que… yo no ando rompiendo ninguna marca, soy un viajero, no un atleta.
Recargue mi botella en el rio que sale del lago y parti feliz.
El camino que venia ahora, me llevaba directamente al lago caburga, y es uno de los mas bonitos por los que me ha tocado pasar.
Justo antes de llegar al lago, me encontre con el ultimo y mas sorprendente vestigio de la civilización: Un telefono publico.
Pero este no era uno rasca y ordinario como todos los demas. Noo… era un supercivilizadisimo y ultravanguardista telefono solar, satelital.
Chupate esa.
Pero por ningun lado le pude pillar la ranurita para ponerle la moneda. Estuve un rato ahí dilucidando el mecanismo, cuando aparecio un muchacho que me dijo como funcionaba el novedoso sistema rural.
Tenia que comprar una tarjetita telefonica en el negocio de al frente.
UN NEGOCIO!
Esto si que era sorpresa. Ya me estaba cayendo del hambre, y cocinar a la orilla del camino era algo que no iba a hacer. Asi que parti al supermercado, que era algo asi como un closet, adaptado con repisas para ubicar “los productos” y en cartones recortados de pedazos de cajas, los precios escritos por un niño chico con un plumon gastado.
La señora que me atendio debio haberse arrancado de un museo, porque tenia mas años de los que ella misma hubiese podido recordar. Tenia arrugas hasta en las orejas, dios mio la señora vieja. Yo creo que vino la muerte a buscarla y ella la mando de vuelta, que no la molestara porque estaba ocupada.
Le compre una tarjetita de llamado, y chocolates y galletas saladas que carbohidratos y sodio era lo unico que me parecia necesario en toda la humanidad.
La momia, perdon, la señora me conto que anoche habiamos tenido puelche y que por eso el viento era tibio.
Pero que es el puelche…
El puelche es un viento argentino, tibio y que sopla desde otro lado. Deja la grande cuando viene porque todos los arboles y los bichitos estan preparados para recibir al viento desde otra parte…
El puelche es un viento fantastico, pero ecológicamente devastador.
En la orilla del agua hay miles de chinitas que fueron llevadas al agua por el viento, nose como se las habran arreglado para llegar a la orilla, pero esta lleno. El borde rocoso del agua es una mancha debil pero rojiza de puras chinitas tratando de secarse en el sol.
En el agua flotan muertas abejas y mariposas, y mucha gente esta tratando de sacar afuera los ciervos volantes que estan desparramados por toda la playa. Estos bichitos son unos escarabajos enormes, y yo en toda mi vida habre visto 2, aquí hay miles.
Y miles a punto de morir.
Como son un poco enormes, puesto que es el escarabajo mas grande de Chile, organice una pequeña campaña para rescatarlos, porque por su apariencia terrible, la gente les tiene miedo y los estaban tratando de aplastar con rocas.
Asi que en 5 minutos ya tenia un grupo de niños sacando los escarabajos del agua para irlos a dejar a los arboles y alrededor de nosotros se armo un grupo de personas que veian como los escarabajitos estos podian caminar por las manos sin hacer ningun daño.
Me hice muy amigo de un muchacho que estaba ahí, y el se quedo un poco a cargo de la tarea de salvar estos pajaritos.
Ahora tengo que seguir mi camino.
En un cafe, de los muchos cafes que hay en el mundo, en una ciudad, de las muchas ciudades que hay en el mundo, escribo estas lineas... para ti.
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