domingo, 1 de febrero de 2009

Pellaifa.

Como hablar de ese lago gris, silencioso y tranquilo. De esos cerros enormes y verdes.

Como hablar?

Desde el principio, obvio.

La primera vez que fui al Pellaifa, fui con poroto y su hermano. Nos fuimos haciendo dedo y caminando. No tenia idea que existia ese lago, y parece que nadie mas. Nos quedamos lejos de la playa y ni vimos al lago, la gracia estaba mas arriba.

Volví despues con la coso chico y otros amigos. Fue cuando conocimos derechamente el lago.

Este año volvimos al ataque.

Yo sabia, pero nadie mas, que para llegar alla, hay que llegar en auto o caminar mas que kung Fu. Pero las niñitas no son muy buenas para caminar, menos aun con 25 kilos de cosas en la espalda, y otros 10 kilos a la rastra.

Era un tema que de verdad me preocupaba. ¿Como hacer para llevarlos todos alla?

Para ahorrarme maldiciones, ofensas, desagravios, golpes y desatinos, repetí hasta el cansancio: "Lleven solo lo necesario, que en el camino van a llegar a llorar de lo largo que es", "El secador de pelo se queda en casa" "Hay que caminar mas que soldado arrancando de una guerra".

Y asi.

Que nadie se sorprenda de lo horrible, que todos estaban avisados.

Pero la preocupación se mantenía latente.

Llegamos final finalmente a coñaripe, y ya era un martirio caminar cargado como mula en el desierto solo para cruzar la calle de lado a lado. Luego recordé lo que escuché alguna vez por ahi.

Hay taxis en coñaripe!

Asi que pronto y presuroso me dirijo a preguntarle a todos los nativos en su lengua local, si hay alguien dispuesto a llevarnos a pellaifa. Me costo mares eternos encontrar uno.

Tanto me costo, que no nos habiamos bajado del bus cuando ya nos estabamos subiendo al famoso taxi, que resultó ser bastante mugre, incomodo, anticuado pero barato.

Congratuleinchons, habiamos llegado al famoso lago.



Pronto y presuroro ( nuevamente ), habia que buscar leña para la fogata ( que las niñas querian fogata ). Yo no queria ninguna fogata de mierda que me opacara las estrellas, pero ellas tienen una capacidad persuasiva de caracter tremendo.

A buscar palos.

Lo que se tradujo en un enorme leseo, puesto que parece que ahora habia competencia por los recursos palisticos disponibles, lo que dificulta tremendamente la adquisicion maderil.

Fue un tremendo jaleo, pero lo hicimos.

WI DIDIT!!

Prendimos la fumarola y nos acomodamos para la organización del campamento. Se armaron las carpas y distribuyeron las cosas.

Luego vinieron las estrellas.


Uno de los escenarios mas fascinantes que me ha tocado ver. Tantas estrellas que quedas loco, y no solo estrellas fijas, sino tambien fugaces, asteroides, meteoritos, satelites, ovnis y pilotos perdidos.

Una locura espacial.


A pesar de que el lago es mas tranquilo que una piscina, es tibio porque tiene fuentes termales que burbujean agua caliente por debajo de la arena, la noche es estrellada como el cielo mas estrellado del mundo, sopla una brisa tibia y dulce como aroma de bosque templado, la gracia del Pellaifa esta mucho mas arriba.



Si sigues por el rio hacia arriba, adentrandote en la montaña y arriesgando tu vida en la escalada, saltas de roca en roca, evitando caerte al abismo, arañando paredes de roca lisa para llegar arriba, puedes encontrarte con un escenario digno de un paraiso virgen perdido en la mas lejana de las montañas asiaticas.



Solo que a 15 minutos del terminal de buses.

Vas escalando por un sendero invisible, cruzado a travez de los años por personas contadas con los dedos de esta mano.

Vas cruzando pozones y piscinas con cascadas de hidromasajes gratuitas, hasta que llegas a un punto en el que no puedes seguir avanzando sin cuerdas, piolet ni crampones.

Es en ese magico punto en el que tienes que detenerte, por propio apego a los dias que te quedan de vida, y te maravillas pasmado y con un hilo filante de baba que te cuelga de los dos lados de la boca, como una cascada, no muy grande, pero tampoco pequeña, se ha encargado de moldear durante miles de años, la roca influenciable que hoy forma una piscina profunda, rodeada de rocas que forman una caverna abierta con un mirador al cielo.


El agua no puede ser mas helada, porque no sería agua, sino hielo el que cubriría la roca, pero no te importa. Te lanzas igual y dejas que la hipotermia haga su efecto, mientras te cosquillea la piel y te dejas bañar por la cascada que cae sobre tu cabeza, escuchando el ruido interminable del eco provocado por miles de gotas que caen resonando entre una pared moldeada de rocas que transmiten sus sonidos permanentemente.


Y saltas de las rocas para bajar profundo en el abismo interminable de ese gran vacio de cambio constante, que te envuelve con su frio tremendo y no te importa nada, porque estas en un lugar magico, privado, secreto y eterno.


Y solo vuelves porque la luz se va, y debes volverte con ella. El descenso es igual de peligroso que la subida, pero bajas contento de haberlo intentado. Bajas lleno de una alegria intensa que se te manifiesta en esos ojos brillantes cercanos al punto de congelación.

Lo mejor del lago no es el lago en si mismo, sino sus secretos intimos, peligrosos y desconocidos.

Hoy el Pellaifa no es el que era antes. Ese lago desconocido y misterioso que no aparecía en los mapas. Se ha corrido la voz, y hoy llegan familias enteras a disfrutar de sus aguas cristalinas, tibias, calmadas y transparentes.

Llegan en bicicletas, jeeps, camionetas y casas rodantes. Llegan con carpas, niños, perros y pelotas. Llegan con radios, musica y bulla. Llegan con papeles, bolsas, desechos y basuras.

Pero no saben que lo mejor, es lo que aun no han podido ver.

Pellaifa sigue siendo un gran lago, un lugar tranquilo en el que puedes pasear en kayak, bote o canoa. Ese lago que de noche es invadido por millones de estrellas egoistas que se pelean salvajemente cualquier espacio disponible para manifestar su encanto.


Pellaifa sigue siendo ese gran lago.

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