viernes, 26 de junio de 2009

Crisantemos cristianos crispados.

Me llamó Jorge. Siempre es bueno cuando llama Jorge, porque cuando llama hay pega.

Trabajo.

Me llama y me dice:

- Estas disponible? tenemos trabajo que hacer.

Siempre cuidando las traducciones de lo que la gente realmente quiere decir, o sea: Estas disponible? Tienes trabajo que hacer.

Siempre estoy disponible.

Me dijo que el tema era simple. Habia que sacarles un pedazo de branquias, corazon y riñon a 120 salmones de 3 estanques diferentes y ponerlos todos en un tubito de plastico.

Ah! Y que habia que sacar otro pedacito de riñon y ponerlo en una bolsa.

Que mas simple?

Ahora mis preguntas:

- Tengo que ir a buscar yo los salmones al estanque? Tengo que preocuparme de preparar todo? Como lo hago para llegar?
- No no nada, está todo listo, tu tienes que llegar solamente a lo que te dije, te van a buscar y todo.

Genial, que mas simple.

Claro que luego va, y me dice: Noticia de ultimo minuto, en realidad van a ser 180.

Que importan 180 si ya haría 120, dije yo.

La unica cojonuda rabia, es que estos salmoneros son tan paranoicos y extraños, que tienen unas normas tan pelotudas y paranoicas persecutorias, que todo lo complifijican. Por ejemplo, nadie puede entrar al recinto con todas sus bacterias y podredumbres portatiles. Para ello, tienes que sacarte toda tu ropita y bañarte en unas duchas comunes, donde te liberas de todos tus patogenos contaminantes, pero te llevas contigo todos los hongos de las patas del resto de los visitantes.

Me carga.

Jorge me pasa a buscar donde la coso chico como a las 8 de la mañana. Pasamos a los buses a recoger todo mi instrumental, materiales y herramientas, y me va a dejar al bus.

El bus que iba saliendo, realmente iba saliendo, asi que se fue el condenado, y tuve que esperar una hora bajo el frio a que saliera otro.

Claro, porque volvia a Curarrehue, de vuelta a la funcion de viajar las 3 horijicigillas.

Me subo al bus, y el resto es pura rutina, arboles y arboles y campos y bosques, pueblos y luego curarrehue.

Listo para hacer mi simple trabajo.

Llamo para que me vayan a buscar, me dicen que espere. Una hora despues llega un hombrecillo en una camioneta del centro, por fin digo yo.

Ya son las 13.30.

Que manera de perder tiempo.

Llegamos al centro. Ubicado en un valle de montañas nevadas entre un rio que pasa cercano y se escucha feliz con su torrente liquido bajando por los cerros para llegar al valle. Un lugar idilico, paradisiaco, fantastico y fenomenal.

Y yo sin camara. Claro, por todo eso de la ducha y las pertenencias, no tenia caso llevarla.

Con todas mis porquerias respectivas, voy a hablar con el jefe de centro para que me explique como y por donde entrar, pero el me dice que no me preocupe, que tienen todo listo para mi afuera, justo al lado de la salida, asi que no me tengo que ir a duchar.

No me tengo que duchar!!!

Wija!!

Feliz, asi como lleno de felicidad, un sentimiento de esos que te hacen muy feliz, me fui a instalar a mi workstation, como dicen los gringos.

Ahi, brillante y reluciente estaba preparada mi mesa. Se habian tomado la amabilidad de forrarla en plastico protector, con franjas de papel para que no se resbalen los peces, y decorada en un extremo con un recipiente para desechos cortantes, mas una hermosa caja de guantes de latex.

14.00 hrs.

Mientras me traian los pescados que yo iba a sercenar, abri mi caja y fui sacando mis porquerias: Dos paquetes de toalla nova, dos cajas de hojas de bisturí, una caja de instrumental llena de instrumental, un difuminador de alcohol, un recipiente de desinfectante, el desinfectante, una bolsa grande llena de bolsas ziploc grandes, una bolsa chica llena de bolsas ziploc chicas, y una bolsa grande llena de tubos eppendorf.

Todo en su conjunto formaba una maravillosa mezcla de perfección funcional.

A trabajar se ha dicho.

Me pongo los guantes. Voy al primer pez, del primer balde de los 8 que habian. Lo tomo con bastante trabajo, que son resbalosos y gelatinosicos, y lo ubico sobre la mesa.

Me cambio los guantes, porque estaban sucios.

Tomo una hoja de bisturí y la pongo en el mango del bisturí. Saco una pinza y una tijera del desinfectante. Con la pinza abro el operculo branquial, y con la tijera corto una porción. Tomo la porción con la pinza y la pongo dentro de un tubo eppendorf. Dejo la tijera y la pinza en el desinfectante.

Tomo el bisturí, y hago una insición por el lado izquierdo del pez, desde el opercuo branquial hasta el borde caudal de la aleta pectoral izquierda. Luego continúo el corte hacia la porcion ventral del borde caudal de la maxila, creando así una ventana anatomica que expone el corazón.

Con la pinza desinfectada, tomo el apex del corazón y hago un corte con el bisturí. Dejo el trozo de corazón en el tubo.

Pongo la pinza y el bisturí en el desinfectante.

Tomo el bisturí. Hago una insición desde el borde superior del operculo branquial por la linea media hasta el borde caudal de la aleta dorsal, donde desciendo hasta el borde craneal de la aleta anal.

Asi retiro la pared ventral izquierda de la cavidad toracica para exponer parte de los organos digestivos craneales, que al retirarlos exponen la seccion anterior y media del riñon.

Realizo un corte del riñon anterior, lo retiro. Divido el corte en dos. Una mitad va al tubo eppendorf. Guardo el tubo en una bolsa ziploc grande, rotulada con el numero del estanque de procedencia. Tomo otra bolsa ziploc chica, donde deposito la segunda mitad del riñon anterior, la que guardo en otra bolsa ziploc grande, rotulada con el mismo numero del estanque.

Tomo el pez, y lo deposito en el bins de mortalidad.

Retiro la hoja de bisturí y la dejo en el recipiente de desechos cortantes. Dejo el instrumental en un recipiente con desinfectante.

Limpio y desinfecto la mesa.

Me quito los guantes que estoy usando, los boto a la basura. Saco un nuevo par de guantes y me los pongo en las manos.

Voy por un nuevo pez.

Tiempo de trabajo: 10 minutos aprox.

Sigo con el otro pescado.

Si hubiese analizado el tiempo que me demoré con un solo pescado, me habria simplificado mucho las cosas. Pero como no lo hice en ese momento, lo hacemos ahora.

Si me demoro 10 minutos por pez, por los 180 peces que tengo que hacer, me demoro 1800 minutos. A 60 minutos la hora, 1800 minutos equivalen nada mas ni nada menos que a...

30 horas!!!

Estaba oscureciendo cuando empece a sacar las cuentas.

Cuando me instaé a trabajar, llego un muchacho de estos que trabajan ahi. Me dijo que el lugar en el que me encontraba yo, era especialmente helado. Que no llegaba el sol. Me hice una idea, que a las 2 de la tarde, todavia estaba todo el suelo cubierto de una capa asesina de hielo.

Lo que pasa es que en el hemisferio sur durante el invierno, el sol no pasa por el plano senital al medio dia. A las 12 del dia, el sol debiera encontrarse sobre nuestras cabezas. Pero en invierno, el sol se desplaza por el norte, por lo que a las 12, las sombras son alargadas y orientadas al sur.

Eso quiere decir, que si estas en una ubicacion particular, puede que no tengas contacto con el sol en todo el dia.

Como en la mia.

Prueba de ello era el suelo congelado.

Miraba los baldes llenos de peces y pensaba: Dios santo no estoy avanzando nada. Ahi están todas sus colas paradas haciendo fila. Que cresta hago para terminar luego.

Y empezaron las matematicas.

Mientras cortaba y almacenaba llegué a una conclusión. Si hacía un pez cada dos minutos, haria 30 peces por hora!

Eso quiere decir que si trabajaba a la velocidad del rayo, o sea mas de 5 veces mas rapido que lo que estaba haciendo, podia hacer todo el trabajo en 6 horas.

Si empezaba a las 2 de la tarde, a la velocidad del rayo podria terminar a las 8 de la noche.

Eso siempre y cuando flash me desinfectara todo el instrumental.

Ahora...

Hay una serie de normas, codigos y practicas que en conjunto sirven para reducir al maximo la contaminacion biologica. Son las llamadas normas de bioseguridad. Se originaron a partir de la inmediata necesidad de mantener siempre un ambiente de trabajo libre de patogenos infecciosos y de contaminacion ambiental.

Existen las normas de bioseguridad escenciales, que son impresindibles. Estan las recomendadas, que son necesarias, pero no inminentes. Y estan las innecesarias, que son puras burradas para complicarle la vida a la gente como yo.

De las primeras normas que me deshice fueron de las innecesarias. Me empecé a cambiar los guantes solo cuando era estrictamente necesario. Si se ensuciaban con algo, desinfectante con ellos. Luego el bisturí. Que manera de perder tiempo al cambiarlo. Se usa, y se desinfecta. Ademas, es menos contaminante.

No ahorraba demasiado tiempo con ello.

Dejé un area sucia en la mesa. Llena de sangre, barro y escamas. El area está sucia no hay duda. Ahi se hacen los cortes, ahi se derraman las porquerias. Pero la muestra de organo que retiraba, debia estar libre de contacto.

Ahi empecé a ahorrar tiempo.

Pero nunca los dos minutos por pez que necesitaba para terminar en 6 horas.

Y lo mas frustrante. La hora blue. La hora de oro. The Golden Hour.

La hora de oro es un fenomeno fotografico que tiene curso en los minutos cercanos a la salida y puesta del sol. Es ese lapso de tiempo en el que los rayos de luz se tornan rojizos y hacen que todo en la tierra adquiera un tono anaranjado. Es brutal. Es la mejor hora para tomar fotografias. Pero como dura poco, siempre hay que planear la ubicacion y los encuadres de lo que se quiere capturar, porque un fallo se traduce en esperar el dia siguiente.

Estaba en mi faena acelerada de tajear y tajear, cuando levanto la vista, y todas las montañas nevadas del valle, todos sus bosques y sus praderas, estaban todas de un tono rojizo calido y mortal.

Me dije, carajo y yo sin camara. Segui trabajando veloz. 5 minutos mas tarde, levanté la vista de nuevo, y aquel leve tono rojizo, se convirtió en un naranjo fuerte, con unos tonos azulados de cielo profundo maquiavelicamente fenomenal. Fue cuando dije: MIEERRDAA Y YO CORTANDO PECES!

Durante los 10 minutos siguientes, la intensidad de los colores fue en aumento hasta que empezó la declinación que termino en un tono gris aburrido y fatal.

Fue cuando caí en la cuenta de que me iba a quedar sin luz. Apenas pude pedí que me trajeran una.

5 minutos despues, tenia un halogeno arriba de la mesa.

Pero habia que terminar esta pega ese mismo dia. Y ese era el problema. Los peces ya estaban todos en espera. No podian sacar nuevos peces para mi al dia siguiente. Debia terminar los que estaban pendientes. Buses a Temuco tenia hasta las 9 de la noche, asi que ya estaba descartado mi viaje. Jorge se habia ofrecido para ir a buscarme, pero considerando que podia terminar a las 4 de la mañana, no me atreví a contar con esa opción.

Cuando ya me habia resignado a lo inevitable, lo llamé y le dije la verdad. Que a las 8 de la noche recien llevaba 60 peces. Casi se fue de espalda. Pero cuando le plantee las matematicas, me encontró la razon.

Llegamos a la conclusión que era un trabajo para dos personas.

Y como habia que terminar, habia que terminar. No pensé que terminara antes de que llegara la mañana, asi que donde dormir no fue una de mis preocupaciones.

Mas preocupante era el frio intenso. El sol ya se estaba despidiendo, y quedaba un remanente de puras sombras largas. Di gracias al altisimo de haber salido bien abrigado de mi casa, me apreté la bufanda, cerré mi chaqueta, me puse varios pares de guantes, y me enchufé mi gorro.

Prendí el halogeno y me puse a trabajar.

Aparecieron las primeras estrellas. Y con ellas, llegó un frio total que ya me venia molestando todo el dia. No fue tanto el frio, que si fuera solo por eso, no hay tanto royo. El problema es que de noche cae un rocío, que ademas de recordarme a la coso chico, me moja. Y luego de un par de horas callendo rocio, derrepente en el aire se siente. Algo pasa repentinamente. El aire se seca, y el frio se intensifica tremendamente.

En cosa de segundos, y digo segundos. Todo lo que estaba mojado se convierte en hielo. Todo se congela, incluyendo mi ropa.

Todo se hace de un blanco brillante, y el halogeno hace brillar todos los cristales de hielo que estan por todos lados. Ya no puedo cerrar la mano y los dedos no me responden.

Doy gracias al halogeno por ser una fuente de luz tan calorifica, y me descongelo las manos al lado de su ampolleta. Mis dedos enguantados humean, pero reviven.

Y asi tan derrepente como llegó esa onda polar, se va. Y vuelve a caer ese rocio y todo se humedece y el frio se hace aguantable otra vez. Un ciclo que se repite cada 20 o 30 minutos.

A las 9 de la noche viene el jefe del centro, me obliga a comerme el almuerzo que dejé de lado por falta de tiempo. Me dice que no me preocupe, que me ha conseguido alojamiento en una pensión de un pueblo cercano. Se lo agradecí enormemente, porque no estaba dentro de mis expectativas dormir debajo de la mesa.

Pero tambien me dijo que el transporte me recogería a las 12 de la noche, que es la hora del cambio de turno de noche. El siguiente transporte sería a las 8 de la mañana.

A esa hora llevaba yo 80 peces. Venía trabajando desde las 2 de la tarde, y todavia no habia llegado a la mitad. Bajo ninguna circunstancia terminaria antes de las 12 de la noche. Me resigné a lo inevitable y a dormir por ahi entre los tubos de oxigeno.

Se convirtió en una hora de bastante frustración mental. Fue un sentimiento de impotencia bastante horrible. Un sufrimiento fisico muy intenso y desagradable. Fueron varios minutos de una batalla interna bastante atroz.

Y es en esos momentos cuando te das cuenta que hay algo mucho mas alla de la voluntad. Es cuando comprendes que cuando ya no queda nada mas que puedas hacer, nada mas depende de ti. No tiene sentido frustrarte o apurarte, o volverte loco de furia. No vas a dormir en la pensión, resignate, tomalo con calma.

Y magicamente todo se torna sumamente aguantable. Es el mismo frio, el mismo trabajo, el mismo apuro. Pero ya no hay maldiciones, ni furias, ni pataletas. Ahora todas las groserias y furias, se reemplazaron por canciones y silbidos. Tenía la cara partida, pero no importaba. No podia cerrar las manos, pero podia recalentarlas en la luz.

Es genial el poder de la aceptación.

Llegó el transporte de las 12 y se fue el turno de la tarde. Antes de irse, vino a despedirse un muchacho, mauricio. Me preguntó cuanto me quedaba. Llevaba 130 peces. Todavia me quedaban 50... dificil respuesta.

Me dijo que cuando terminara, el me venia a buscar para llevarme a la pensión.

Iba a dormir en una cama!!

No lo podia creer. Fue como un golpe de suerte divino y colosal.

Sabia que solo tenia que llamar y el me venía a buscar. Pero el tambien estuvo trabajando todo el dia, que debia estar cansado, asi que quise terminar lo antes posible para no molestarlo tan tarde.

En ese momento me convertí en una maquina brutal de muestreo continuo. Henry ford se hubiera enorgullecido de mi. Desarrollé una tecnica que me permitió hacer muchos peces mas en menos tiempo, sin disminuir la calidad del trabajo. Me converti en un organismo cibernetico altamente sofisticado, ya no me importaba nada.

Eran exactamente las 2 de la mañana cuando hice el ultimo pez.

50 peces en 2 horas.

2.4 minutos por pescado. Tiempo ultra record para mi. Si hubiera trabajado todo el dia a esa velocidad demoniaca hubiese terminado en solo 7 horas.

Solo 7 horas...

Guardé todas mis muestras, hice una limpieza y desinfección de todo el instrumental, de la mesa, del equipo y todo lo demas. Ya estaba listo por fin.

Todo estaba blanco, cubierto de hielo. Me imaginé como me veria yo todo cubierto de escarcha.

A veces pensaba, si valia la pena sacrificarme tanto por un poco de plata. Y aunque la paga no es mala, no es la plata lo que justifica el esfuerzo. Es el valor que gano como persona por llegar a conseguir una voluntad fuerte capaz de aguantar tanta adversidad y asi y todo mantener el compromiso con el trabajo.

No es la plata, la plata es la recompensa. Lo que de veras gané fue espíritu.

Llegó mauricio. Bastaron los 15 minutos en el furgón para descongelarme. Me dejó en la puerta de la pensión, donde me estaban esperando. Aguanté un rato de conversación entretenida al lado de la chimenea con un café, y luego a mi pieza.

La numero 7.

Ese fue realmente el primer momento de tranquilidad.

Y adivina que hice. Lavé todo el instrumental, hice un recuento de las muestras, ordené el material y lo empaqueté todo.

Estaba terminando cuando me venció el sueño.

Me metí en la cama, y el frio me consumió de nuevo. Estaba durmiendo con ropa, pero así y todo no daba mas. Asi que apliqué la tecnica chanchito de tierra.



Estiraba las piernas y me congelaba la punta de los dedos. Asi que chanchito de tierra otra vez.

Nunca habia dormido tan encogido. Yo no se como lo haria esta gente el resto de los otros 364 dias del año.

Las muestras tenian que llegar a Temuco el dia anterior, asi que no habia que darse lujos. Puse la alarma para las 6.30.

Asi que mi gran sentido de la responsabilidad, quedo anulado completamente cuando sonó el despertador, que al final me terminé levantando a las 8.30.

Ya habia caminado por el patibulo el dia anterior, merecía un poco de irresponsabilidad. Asi que me levanto de un salto, agarro mis porquerias, y bajo al primer piso. Ahi estaba la dueña desconocida de la pencion: La señora marcela.

Le di los buenos dias, las gracias y el adios, que estaba muy apurado. Ella se para en la puerta y me dice:

- Como es eso que se va?
- Si es que estoy terriblemente atrazado.
- Usted no se va sin desayuno.

Y tenia la mesa lista para mi. Me encanta esta gente de campo tan cariñosa y agradable.

Asi que me acompañó con su conversación mientras yo me tragaba mi café y me comia mi pan tostado. Me contó que en unos dias mas, la nieve va a cubrirlo todo, y todo se va a congelar. Se va a detener el transito, las provisiones, y las comunicaciones. Todo se va a congelar. Y va a ser de un dia para otro.

Los que estén ahi en ese momento, ahi se van a quedar. Ella está preparada para recibir a los que se queden aislados. Me contó que el año pasado se quedó 3 semanas con los muchachos que reparten el gas, porque no habia forma de salir.

Que ganas de quedarme ahi encerrado con mi camara, y mil horas de bateria... voy a ver si me coincide algun muestreo por ahi para quedarme abandonado.

Misteriosamente voy a ir tremendamente preparado para ello.

Le doy las gracias, las muchas gracias, la despedida y todas esas cosas, y parto a tomar el bus. Estaba conciente de mi persistente olor a pescado, pero que le iba a hacer. Llega el furgoncillo aquel, y me subo.

Estaban todos los asientos ocupados.

Habia uno solo libre. El de la niña linda.

Eso es cosa rara. Los asientos con niñas lindas se los pelean.

En cualquier otra circunstancia me siento con suerte. Esta oportunidad llegó como un castigo. Y yo ahora donde me siento con este olor a pescado?

Es como el sueño de todo viajero que le toque una niña linda viajando en el asiento del lado. Pero esta fue la ironia mas grande de todas.

No me quedó mas remedio. Tuve que sentarme con ella. Hice una revisión rapida a la sangre de pescado en mis pantalones, las manchas de tripas en mi chaqueta, y finalmente el olor. Ese olor a pesquera, a desecho de costa, a fondo de bote. Ese olor a marinero rancio, a pirata.

Franco olor a pescado.

Asi con toda mi verguenza, me senté lo mas lejos de ella. Asi como con medio cachete del poto colgando hacia el pasillo.

Y la tremenda caja de plumavit, con todas sus fragancias marinas, le daba un toque magico a mi aroma marino.

Media hora, media hora imaginando su cara de asco, y yo mirando por la ventana del otro lado, para que nunca me viera la cara y me reconociera como un putrefacto.

Luego llegamos a pucon, me bajo del bus, miro para atras y llego a la conclusión que no era ni linda.

Quizas fue algo que le echó al café la señora marcela.

Me hubiera fijado antes, hubiera viajado mucho mas comodo y con menos verguenza.

Bueno, igual de verguenza, que la ropa me dejó la pieza pasada a pescado dos dias.

Y eso que ya está lavada.

Bueno, lo que vi tan terrible al final no lo fue tanto. O si lo fue, ya no lo recuerdo. Y si lo recuerdo, ya no me importa. Y si me importara, ya paso.

Y el pasado, es pasado.

Y esa es la ley de la vida.

Que las cosas terribles se convertiran en recuerdos, y los recuerdos no pueden hacerte daño.

Recuerdalo, y tenlo siempre presente.

1 comentario:

Rociito dijo...

ves! yo siempre te arropo y te doy calorcito para que no te de frio y estes abrigadito!!!

vente para aca y te doy un apapacho giganteeee

aaa y yo tbn te doy pancito y cafecito e incluso te llevo comidita a la cama aveces asique tbn soy cariñosa y agradable..... y de la niña linda m... mejor no referire al tema...ya saby lo que pienso ..bueno en realidad....dijiste que no era linda....=P jajjajjaja yo siempre lo supe....

te amooooo =)