domingo, 9 de diciembre de 2007

Se acaba de morir el octavo raton de la loreto.

O el noveno o decimo, ya ni se. Perdí la cuenta.

Si existiera el paraiso, yo creo que estaria lleno de hamsters. Claro si esos pajaritos se mueren de cualquier cosa. Aqui voy a ver al guarencito este y lo encontramos duro y heladito, acurrucado en el fondo de su nidito de esponja.

Me dio pena, de veras.

La loreto me dijo que me lo llevara, pero es su responsabilidad, ademas estoy estudiando y no tengo tiempo para enterrarlo. Asi que le dije que como era su raton, ella se hiciera cargo.

Va a botarlo a la basura mañana.

No creo que la basura sea lugar para un animalito, y mucho menos para una mascota.

Voy a darme un ratito y lo voy a ir a enterrar al patio. Despues hablo con la Loreto para manifestarle mi desconformidad.

Eso si, despues de ver la desesperacion de tratar de encontrar un raton muerto que no está donde ella lo habia dejado.

Le voy a decir, que muerto y todo se arrancó de ella para que no lo tiraran a la basura.

Podria haber estudiado pedagogia.

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