Inicialmente, el viaje partia el lunes 15 de enero, pero las circunstancias inevitables de un futuro sin precedentes, hicieron postergar y postergar el viaje en forma permanente e indefinida.
Sea como sea, la fecha limite del encuentro con lo inevitable, se dio para el viernes algo. Y digo algo, porque ya no se, ni quiero acordarme de la fecha.
Alojamos en la casa de poroto el jueves en la noche, para poder salir tempranisimo en la mañana a hacer la tan venturosa y siempre carente de probabilidad, la mal llamada maniobra: Autostop o hacer dedo como decimos los chilenos.
En consecuencia, el infalible plan para salir temprano, obviamente debia fallar, y como no podiamos fallar en nuestra falla, fallamos, obvio.
O sea, salimos a la hora del loly... que es bastante tarde. Algo asi como despues de almuerzo. Caminamos los dos kilometros que nos separan de la ruta 5, y una vez ahi, nos separamos por primera vez de nuestras mochilas y al primer auto, paramos el dedo.
Anyway como dicen en otros paises, lo primero que paro, y despues de bastante rato, fue un bus que nos llevo directamente a un lugar bastante propicio para la maniobra "dedo". Viajamos 10 minutos y nos bajamos para volver al "dedo".
Y estuvimos ahi horas. Varias, muchas, demasiadas. Nadie lleva, nadie nada, todos pasan, nadie para. El desanimo se apodero de nosotros y con el desanimo, tambien la desesperanza. No teniamos ni fuerzas para levantar la mano. Hacia un calor impresionante.
Ya iban varias horas, muchas, demasiadas, cuando derrepente, alla a lo lejos, un jeep habia parado. Al principio no lo creimos y ni siquiera tomamos las mochilas. No las tomamos hasta que el jeep empezo a retroceder y se paro al lado de nosotros. Ahi recien caimos que la situacion era real, y le preguntamos timidamente por la ventana que llevaba abajo...
... nos va a llevaaaar??
Y despues de las presentaciones formales, nos montamos arriba con nuestras mochilas y todo. Resulto ser un marino, que llevaba un viaje conduciendo mas de 3 mil kilometros desde la ciudad mas austral de Chile. Iba aburridisimo, asi que no encontro mejor forma de entretenerse, que subir dos mochileros mas aburridos que el mismo.
Todos deseosos de viajar y conversar.
Como las cosas no son maravillosas, nos dejo en Los Angeles... a 150 kilometros de mi casa... 150 kilometros que no hubieramos recorrido de otra forma.
Un buen tipo.
Y de nuevo la funcia inutil de pararle el dedo a todos los babosos. Para que vamos a perder tiempo en decir que perdimos todo el tiempo parando dedos a todos los babosos. Sea como sea, impresionantemente, tuvimos la increible suerte de ser recibidos como pasajeros en el peor desastre de la historia automotriz.
Un camion utilitario.
Y para colmo, en la parte trasera, donde se escuchaban seguramente los mismos ruidos que algun dia fueron grabados directamente desde el infierno. Nos guste o no, nos estabamos moviendo, y no nos falto, ni sobro tiempo para reirnos en nuestra cara de nuestra humilde miseria.
Y nos guste o no tambien, el viaje duro menos de lo que dura un politico en el purgatorio. Tuvimos que bajarnos, y en ese momento no hubo nada mas que hacer.
Hicimos de todo, incluso aquello para que un auto se detuviera, pero no hubo forma, no hubo manera, perdimos las esperanzas, y junto con ellas los ultimos rayos solares del dia que ya terminaba.
Nos resignamos a nuestro destino fatal, y asumiamos que no ibamos a llegar a La Serena en un solo dia. Asi que armados esta vez, y nuevamente con un nuevo animo, nos dispusimos a buscar el lugar perfecto para plantar nuestra carpa.
No fue dificil, arboles, estrellas, pasto y muchos caballos hacen la diferencia. Pasamos la noche entera escuchando rugir los camiones por la carretera, mientras pasaban feroces y fulgurantes para reencontrarse una vez mas con sus inciertos destinos.
La naturaleza del aburrimiento y el proposito del viaje nos hicieron entretenernos bastante con los juegos de luces que se ven todos los dias en una carretera mal iluminada con gigantes camiones que la curzan veloces. Y de entre muchas fotografias que tomamos, hay algunas que representan la mas cruda desesperacion mas fuertemente que otras...
... aunque a esa hora ya todo volvia a ser alegrias.
Como dato curioso, nuestro principal problema radicaba en la obtencion del vital elemento hidrico, y nos dirigimos a una estacion gasolinera para conseguirla. Grande fue nuestra sorpresa, que al llegar nosotros, la encontramos completamente abandonada.
Sin luces, sin gente, sin nadie. Era la inspiracion perfecta para el rodaje de una excelente pelicula de terror, donde dos inocentes pero valientes y aguerridos jovenes, sufren una muerte horrible, a manos del asesino del algodon de azucar.
O una tontera como esa.
Nos metimos adonde pudimos, gritamos, llamamos, y golpeamos, pero no hubo caso, nadie respondio. Y no hubiesemos seguido llamando, si no hubiesemos tenido la certeza que habia alguien, porque habia un auto en un lugar donde no debia haber ninguno... en el caso de que no hubiese alguien.
Y despues de un rato, se prendio una luz, algo asi como la escotilla de Lost, y se abrio una puerta. Partimos inmediatamente para entablar comunicacion, y desde la puerta, oimos una voz muy chillona de una mujer que gritaba que pasa.
Y la vimos, una gorda bien gruesa salio de la puerta, y se quedo mirandonos como si fueramos marcianos. Le alcanzamos a preguntar si tenia agua, y nos dijo que ahi no habia nada de nada. Misteriosa la gorda, como si hubiese estado escondida... me imagino que estaba viviendo en la estacion abandonada...
Conseguimos agua en un peaje, y despues de sacar miles de fotos mas, nos pusimos a dormir.
Al otro dia comprendimos despues de varios intentos vanos, que no ibamos a llegar asi como asi a La Serena, y caimos en la endemoniada tentacion de pagar un pasaje. No habia otra salida, estabamos al borde de la mas endemoniada de las insolaciones y no habia un solo lugar para esconderse de ese endiablado sol.
Pasaban y pasaban miles de auto, y pasaban nada mas. Cuando el agua de las botellas se puso tan caliente como para hacer un buen cafe, comprendimos que no habia mas que hacer. Era quedarse y morir, o pagar un bus y partir.
Como podras comprobar, seguimos vivos, asi que te imaginaras que fue lo que hicimos. No nos resignabamos todavia a llegar a La Serena en bus, porque teniamos la vana esperanza de que alguien de buena voluntad nos llevara.
... asi que nos bajamos.
Y a la hora despues volvimos a tomar otro bus. Y asi sucesivamente nos bajamos y subimos a buses varias veces... nos salio carisimo. Estupidos, como gastamos plata por las puras. Sea como sea, tomamos el bus final que nos llevo a santiago, nuestra capital, y ahi fue un mero tramite bajarse de un bus para subirse a otro.
Resumiendo, el pasaje nos salio carisimo. Con esto de las vacaciones y el cambio de temporada, los pasajes estan ultra caros. Con el puro pasaje desde Santiago a La Serena, estuve con diarrea como 4 horas.
Compramos el pasaje mas barato que pudimso encontrar, en los buses mas indecentes que fuera posible, y al momento de ver la chatarra en la que ibamos a viajar, quedamos con la boca requetebien abierta: Un bus fantastico, con todo lo necesario para viajar de lujo, con asientos de cuero incluidos. Yo el estupido, pensando que nos ibamos a subir en una chatarra, pedi los asientos del medio, porque al final siempre esta el baño, y ni ahi con andar oliendo cacas ajenas. Pero cuando llegamos, nos dimos cuenta que el mismo baño estaba al medio, asi que nos tuvimos que mamar todas las fragancias anales de los pasajeros durante 6 horas seguidas.
Sea como sea, el bus partia a las 11 de la noche, y en Santiago hacia un calor atroz, razon por la cual es innecesario y absolutamente absurdo andar abrigado. Entonces guiandonos por la logica, metimos nuestros bolsos en la zona de carga, y partio el bus.
Y cuando partio, pensamos que a pesar de que estabamos vestidos como para ir a la playa, con las frazadas del bus quedariamos bastante bien. Le preguntamos al hombre de los pasajes.
- Frazadas? Cuales frazadas?
Suficiente. Tendriamos que arreglarnolas por nosotros mismos. Eramos fuertes, valientes y jovenes, podiamos arreglarnos contra el frio, el olor a caca y el aire acondicionado.
Nos matamos de frio.
Poroto trato de dormir, pero yo no hice ni el intento. No hubo caso. Me meti las manos debajo de la polera, y me acurruque como lo haria un chanchito de tierra. No hubo caso, el frio era mas fuerte.
Despues de 6 horribles y catastroficas horas, a las 6 de la mañana podiamos decir por fin...
... llegamos a La Serena ( ahi ya se notan las palmeras )
En un cafe, de los muchos cafes que hay en el mundo, en una ciudad, de las muchas ciudades que hay en el mundo, escribo estas lineas... para ti.
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