lunes, 13 de abril de 2009

Ahi ta!

La situacion fue bien simple.

Don Lalo me llamo para mi casa el lunes en la tarde. Quería tomar unas fotos porque con algún royo fotográfico andaba peluzeando y me pregunto. Yo le dije que bien, muy bueno y todas esas porquerías cuando estas muy de acuerdo con algo con lo que generalmente estas bien de acuerdo.

Y cosas de esas nuevamente.

Como el coso fotográfico que Lalo quería era en su negocio, fui para alla obviamente con mi camarita. Cuando llegue, me explico que quería hacer publicidad y cosas de esas, asi que estuvimos un buen rato fotografiando un monton de almendras, avellanas, granos de maní, nueces, papitas y burradas de esas.



Me sentí todo un fotógrafo, no como cuando ando jorobando al mundo disparándole a cualquier cosa.

Bien interesante la cosa, te dire.

La cosa es que era bien entretenida, pero una vez terminado, se terminó. Llego poro y nos fuimos a caminar por ahí, a conversar esas chacharas largas de banca de plaza, donde hablas miles de cosas, pero no concluyes ninguna, paseándote absurdamente por una enorme cantidad indeterminada de diferentes absurdos y a veces importanticimos pero innecesarios temas de conversación.

Cuando empezó a hacer un frio de esos que te paran los pelos de los brazos, llegamos a la conclusión que los días bonitos que hemos tenido son muy bienvenidos pero una cosa es segura.
El otoño ha sido raro, pero llego. Hace 60 años, o 30, o 15 o ya ni se cuantos años, pero muchísimos, muchos mas de los que tengo yo, que no se alcanzaban temperaturas tan altas en otoño.

Claro, el otoño se viene a notar a eso de las 9 de la noche, cuando todavía piensas que es verano, y te vas a conversar con tu amigo, en polera de mangas cortas, como si fuera verano.

El frio es capaz de detener las mejores conversaciones.

Volvimos al negocio a buscar a la Catalina, y fue donde me preguntó.

- Que vay a hacer el findesemana?

Fue de esas preguntas con doble sentido, o triple sentido que se yo, pero de esas preguntas que siempre dices antes de otra pregunta mas importante. Tu notas el tono de la conversación, asi como anticipando el inevitable desenlace final. Frente a una pregunta tan importante, no quedaba mas que hacerle contestación con una respuesta igualmente importante.

- Nada, por que?

A ese nivel, la conversación había alcanzado un carácter tan agudo y astuto, que era difícil tener la sutileza mental para hacerle frente.

- Porque con mi papa nos vamos a Icalma, por si quieres ir con nosotros.

Tiempo atrás ya había estado en Icalma, asi que hice un recuento mental, para valorar en equilibrio la alternativa ofrecida. Recordé entonces inmediatamente, los valles y montañas, ríos y lagos de frontera, las borracheras, asados, chascarros y emociones. Tarde algo asi, como medio cuarto de la mitad de una millonésima de segundo en responder.

- Pues ay caray que andale que si!

Me las tiraron calentita: Partimos el viernes a las 10 de la mañana.

Como es semana santa, a todo el mundo le dan ganas asi como de armar planes y andar saliendo asi como para todos lados. Supiera jesus en lo que se ha convertido la fiesta de su muerte y resurrecion. Que no se puede comer carne y solo pescado, que es un findesemana largo para la meditación y contemplación de su obra, que es momento de recogimiento y crecimiento espiritual.

Asi y todo, para todo el mundo son vacaciones gratis. Supiera jesus… menos mal que parece que ni siquiera existió.

La semana santa cuando era mas chico, en mi casa siempre fue un jaleo. Yo no sabia porque, pero según mi mama había que andar como triste. Y ella se encargaba de hacer que todo fuera triste. Que no se escuche música, que no se escuchen risas, que los juegos están prohibidos, que si prendes la tele, están puro dando esas películas aburridas viejas, tan antiguas, que pareciera que los personajes bíblicos fueron filmados directamente en el año 0. Esas películas con un audio desastroso, doblado por mexicanos borrachos en el año 30. Un desastre.

Yo creo que en parte esas películas que dan todos los años en la tele, sin parar, y durante los 3 dias, son las responsables de que se vayan tantos fieles de la iglesia católica.

Es que son muy aburridas.

En mi casa mi mamá yo creo que se ponía tan triste, que hasta se le quitaban las ganas de cocinar, y nos daba pura mugre. Derrepente un arroz sin sabor, ni sal, ni nada, acompañado con mas arroz cuando se te acabe. Prohibicion absoluta de arreglarlo con mayonesa, kétchup, soya, sal, o lo que tuvieras a mano para esconderle el sabor a nada. Al hacerlo, arriesgabas una pena capital, mas dura que la mayor de las penurias del infierno. Para colmo, si querías algo para tomar, y poder tragarte esa mazamorra espeza de arroz seco mezclado con un poco de baba, solo podias usar agua, insípida, sola, con la única particularidad especial de estar mojada.

Ni jugar podias. Incluso hace un par de años, era muy mal visto salir de juerga un findesemana santo.

Para un niño, la semana santa se convirtió en una fiesta bastante desagradable. Asi que te llegabas a copar cuando quedaban pocos días.

Despues, cuando mas grande, ya podías tomar en parte un poco mas de desiciones, asi que por lo menos podias huir del imperio fatalista de mi madre, y pasar a comer a la casa de un amigo, comida por lo menos con un poco de sal, y jugo.

Claro, ella nunca estuvo de acuerdo con eso, pero hoy comprende que su cruzada espiritual tiene que experimentarla para ella no mas, que con nosotros ya no hay remedio.

Yo, por mi parte, me voy a Icalma a pasarlo chancho. Todos tenemos diferentes formas de la incrementar la espiritualidad y contemplación del ser.

Llegó el viernes sin penas ni gloria. En forma extraña, me encontraba en mi casa. Raro es estar en mi casa, y mas raro aun, un findesemana. Pero bastó un minuto de conversación con la coso chico, para que me avisara que habían llegado unas amigas de Santiago y que había carrete.
Partí, obvio.

Fuimos a un Pub de esos que me cargan. El grupo era bueno asi que no importaba. Compraron cerveza en jarra, pero llegué tarde y ya se la habían terminado. Compraron otra, pero tuve que salir a hablar por teléfono y cuando volvi, ya se la habían terminado de nuevo.

Quedé como dicen en buen chileno, “irremediablemene debajo de la mesa”.

Cuando les conté que partia para icalma, pusieron los ojos como platos, me miraron todos con cara de locos, y yo ya pensaba que me iban a empezar a tirar vasos, cuando alguien me dice:

- Pero el volcán esta haciendo erupción, el camino a icalma esta cortado y ya han evacuado a toda la gente!!!

Yo no tenia tantos antecedentes, asi que me asusté un poco con el escenario ese de ver la carretera cortada por el ejercito, la gente huyendo en camiones, mientras al fondo, el volcán vomitando ríos mortales de lava hirviendo que bajaba veloz, devorándolo todo.

Angel me pasó su teléfono y me dijo, llama a tu tio, dile que no se puede pasar, que es zona de emergencia y que ya no queda nadie, que están evacuando a todo el mundo.

Yo a esa altura ya no oponía mucha resistencia, mira que cada vez que me pongo porfiado, siempre salgo perdiendo, asi que recibi el teléfono y marqué con un poco de susto. Ya era tarde, estaba en pub, teníamos que partir a las 10 de la mañana, asi que el tio tenia que haber estado durmiendo.

Estaba.

Entremedio de un sueño, me conto que ya había llamado a los carabineros de la zona para preguntarles si se podía subir, que ya estaba todo averiguado. Corté el teléfono y les dije:

- Vieron?

Siguieron sus caras de espanto. Yo me asusté un poco también, que derrepente el tio me contesto todo eso solo para seguir durmiendo. De todas formas me invitaron a otro paseo, por si el mio era interrumpido por las intespestuosas fuerzas imparables de la naturaleza indómita.

Estaba en eso cuando me llamó Carlos, que estaba con mi hermano. Me exigió que fuera para su casa, y sus exigencias son medias serias, asi que me la tomé a pecho.

Como ya no había cerveza y nada mas que hacer, todos se fueron y yo me fui a la casa de Carlos. Cuando llegué ya llevaban 8 botellas. Fuimos a comprar mas para llegar a las 12, y cuando miré el reloj, ya eran las 4 de la mañana.

Dije que muy bien, que los quería mucho, besos y abrazos, pero yo terminaba con el cuento ese. Tenia que levantarme temprano, y asi como estaban las cosas, difícilmente me despertaba, que me dejarían abajo, que al final me quedaría en mi casa comiendo arroz sin sal y agua.

Eso nunca, asi que partí mas decidido que nunca.

Llegué a la casa tarde, obvio. Le dejé un mensaje en el teléfono de la coso chico para que supiera que había llegado bien, pero ese mensaje viene con un dispositivo de autodestrucción: notifica automáticamente la hora de mi llegada.

Eso no le hizo ninguna gracia, que al otro dia escupía babas de rabia por la boca.

Me dormi algo así como inmediatamente, que ya estaba bien cansado, y desperté fugaz a las 9.30.

- Cresta – Me dije, y volé de la cama.

Ya me van a venir a buscar y no tengo nada listo. Raudamente vinieron los preparativos de preparación de la implementación campestre. Saco de dormir, traje de baño, toalla, cepillo de dientes, el bote, mi guitarra y mi cámara.

Listo.

Me demoré algo asi como 3 minutos en prepararlo todo. Me puse a mirar por la ventana a ver cuando era que llegaban.

10 am. 10.30… 11… 12.

- Buu ya nos quedamos.

Estaba con ese lógico pensamiento, cuando aparece la camioneta. Lanzo todo a la camioneta y nos largamos veloces al carajo. No se en que pensaba yo cuando imaginaba que los porotos llegarían a la hora, SI NUNCA HAN LLEGADO A LA HORA A NINGUNA PARTE!!

Pasamos a buscar a pato, alla, aca, al super, a otro lado, a cargar bencina… las 2. A este paso llegábamos mañana.

Le pregunte al tio a que carabineros había llamado. Me miró con cara de niño y me dijo que en realidad no los había llamado, que había hablado con una viejita nada mas.

Con este informador…

PARTIMOS!

Pasamos por melipeuco, conguillio, el volcán, cuando alguien preguntó: Y los soldados?. De los soldados ni luces.

Cruzamos valles interminables de nuestra hermosa depresión intermedia, cruzamos puentes y ríos, y comenzamos a subir las geniales montañas de la cordillera chilena. Subiendo y subiendo como tren de correo por los alpes austriacos, veíamos alla abajo los ríos como se metían copuchentos y curiosos, horadeando los bordes para llegar abajo.



Una cosa tremenda y genial.



Bienvenidos a Icalma.

Ahí estaban sus cuatro habitantes de lo mas sonrientes mirando las nubes pasar, sin rastros de emergencia y catástrofes volcánicas, ni soldados, ni evacuaciones, ni huidas en camiones.
Un puro perro tenia la sincera preocupación de rascarse sus propias pulgas.

Puro sensacionalismo de la prensa, para vender mas sus diarios, que nunca hubo ni evacuados, ni desalojos, ni emergencias, ni nada. Un poquito de lava no mas que vino a caer asi como por gracia, por un bordecito lejano del volcán amigo.

Pero de lo demás, naranjas.

Icalma es un pueblo bien copuchento, pero bien retroceso. Sin mucho ni nada de nada que hacer. Son 4 casas de palos mal parados, a la orilla de un lago del mismo nombre. El pueblo existe porque existe aduana, que a la mitad de las 4 casas, hay una barrera y una caseta que dice:

CONTROL MIGRATORIO.

Claro, porque detrás de esa barrera estaba argentina. De lo mas ipsoflacticamente mortal, mira que estas bordeando la frontera de tu país.

Partimos al lado del lago por el final del pueblo y llegamos a las cabañas. Mira que las cabañas estaban totales. Yo pensando en carpas y suelos duros, y me traen a una cabaña con televisor a color. De lo mas espacial todo, que equipadas a full, con todo lo necesario para la meditación y contemplación de la naturaleza espiritual del hombre.



A un par de pasos del lago.

Con el frio llegó la noche y con la noche las estrellas. Esas mismas estrellas amigas, que posan tan lindas para mis fotografías Esa misma luna de cara redonda que me recuerda a mi coso chico, y me hace pensar en su ternura, y me da pena y me dan puras ganas de estar con ella o volver con ella en el futuro, para que veamos esa misma luna de cara redonda, como su propia cara de ojos verdes, como el color del fondo del lago, cuando el bosque de robles llega hasta la orilla.



Fui a la playa donde hay un muelle bien encachado, asi como los de las revistas de spas termales en Islandia, pero sin termas, ni islandias. Ahí me quedé un ratazo grandote sacando fotos, mientras una garuga helada, caia sigilosa metiéndose en los rincones mas intimos y privados de mi ser.



Una fina capa de agua, desapercibida y mortalmente letal, cubria todo en cosa de segundos. Una garuga asi como de puerto húmedo y solitario, donde entre la niebla se escuchan las bocinas de los barcos que entrando buscan el faro.



Estaba pensando esas tonteras, cuando llega poro armado con una caja de vino y dos vasos. Nos pusimos a tomar el vinito ahí, sentados en el muelle, muriéndonos de frio, cuando tuve la loca idea de la vida.

Esa loca idea que he tenido forever, mi pequeño lujo y capricho eterno de tomarme un vaso de vino, flotando en el lago en mi bote a la mitad de la noche.

Le dije a poroto, pero el no estaba muy convencido.

Me dije a mi mismo, que si le preguntaba mucho, al final no iba a avanzar el cuento, asi que me paré y fui a buscar el bote sin preguntarle a nadie.

En el mismo muelle lo inflé entre vaso y vaso de vino, y cuando estuvo inflado y mortalmente listo, lo miramos bien, y ya estaba completamente mojado por esa garuga del demonio.

Lo botamos al agua, como se botan los grandes barcos de astilleros cototos. De lado al agua. Y ahí flotando, Gustavo se veía enormemente feliz.

Le acabo de bautizar, porque en ese momento mientras flotaba, pensaba en un nombre y no se me ocurria ninguno, pero ahora aquí escribiendo, recordé un amigo que tenia cuando niño, que se llamaba Gustavo, que era gordito y de esos gorditos felices.

Que mejor que Gustavo que ponerle asi a mi bote feliz?

Ahí flotaba contento el pequeño ser, pero había que hacer un suceso fatal: Subirse. Eso fue un jaleo, porque tuve que prometerle a poroto que no se iba a mojar, que no se iba a mojar, que no se iba a mojar y que tuve que terminar con un rotundo:

- NO TE VAS A MOJAR MIERDA!

Fue ahí cuando aceptó subirse.

Asi que lo dejamos ahí a un lado del muelle, preparando el sistema para que nadie terminara en el agua. Mira que los mejores videos chistosos de botes en youtube, son cuando la gente tonta intenta subirse.

Yo ya los he visto, asi que ya se que cuando uno quiere subirse a un bote, este siempre trata de arrancarse, y uno invariablemente termina en el agua. Se arrancan igual que los caballos.
Poroto agarró a Gustavo con una de sus felices amarras, y yo me lanze presuroso encima de el, como lo haría un buzo profesional. De espalda y de lado, para caer encima, antes que ponerle una pata, y pasar para abajo.

Ya estaba ahí arriba flotando, sintiendo esa genial atracción del ser humano que tiene en la superficie del agua. Me agarré con uñas y dientes al muelle, mientras poroto me pasaba remos, toallas, vinos, vasos y cámaras.

Me agarré firmemente al muelle, y luego el saltó encima.



Estabamos los dos arriba del bote, felices como sapos. El lago estaba tranquilo como piscina y nosotros felices como chanchos en un rio de barro. Poroto agarró los remos, le dio un golpe al muelle, y nos proyectamos fugaces al medio del lago, sin una gota de viento, ni agua, ni frio, que envueltos en nuestros ponchos, y el calor del vino, nos olvidamos de todo.



Uchas que se emborracha luego uno en un bote. Pero es como emborrachamiento de mar. Asi como de mareo marino. No es como emborracharse de contento, sino de barco, como si hubiésemos estado ahí flotando al medio de un lago cordillerano. A quien se le ocurriría hacer tamaña locura.

Y ahí flotamos suavemente, girando viendo como avanzan las estrellas, y esa luna amiga nos iluminaba con su luz prestada, convirtiéndolo a todo en figuras blancas y a nosotros en fantasmas.



En un momento indeterminado, poroto agarra los remos con firmeza y me mira con una cara de preocupación sincera. Empieza a remar en dirección del muelle y mientras rema desesperado me dice nervioso:

- Tengo que volver ahora, que estoy que me cago.

A mi me da un ataque barbaro de risa, pero el no se rie. La cosa es en serio. No nos demoramos nada en llegar al muelle, nada se ha demorado en bajarse. Yo me bajaba del bote también, cuando lo vi ahí parado estatico.

Le pregunté que hacia ahí parado tan tontamente, porque no iba rápido al baño. Su respuesta me dejó asombrado.

- Llegue al punto en que si me muevo, me hago caca.

Ahí si que no me pude aguantar la risa. Bastaba que le tocara una oreja, para que poroto hubiese terminado todo embadurnado de caca.

Derrepente se puso a caminar diciendo que ahí se podía aguantar un poco mas, que ya no había tanto riesgo. Siguio caminando y quedó parado a la mitad del muelle, estatico.

Y yo… juaaaa!!!!!

Despues de un rato siguió caminando, y luego quedó parado al final del muelle. Asi que su viaje al baño tuvo que hacerse en etapas.

No, poroto no se hizo caca, pero no hubiera sido tan chistoso que lo hiciera, que me tocaba dormir con el en la misma pieza.

Dormimos y llegó la mañana. Vino el hombre, el dueño de las cabañas, y nos conto que tenía varios kayak, que si queríamos usarlos para recorrer el lago. No nos hicimos tanto de rogar, mira que bastó que lo dijera, para que estuviéramos todos ahí flotando al medio del lago.



El hombre sacó de no se donde, dos kayak dobles, nos pasó salvavivas y remos, y nos fuimos al carajo todos remando. El tio estaba resfriado, asi que no se quiso mojar, y como ya había testimonio que mi bote no moja, se fue con Gustavo remando.



Claro que Gustavo es gordito, rechoncho y medio lerdo, asi que no nos demoramos nada en perderlo de vista. Bajo el punto de vista de la seguridad seca que nos garantiza Gustavo, el tio se quedo con la cámara, porque el kayak no aportaba ninguna certeza de sequedad a sus circuitos.



Pero cuando íbamos ahí remando en el lago tranquilo como taza de chocolate caliente, dibujando estelas con los remos, y Gustavo fuera de vista, me arrepentí tanto de haber dejado la cámara alla, que las fotos que hubiese podido conseguir, hubiesen sido de fabulosas fabulidades.



Remamos hacia un espacio verde, entre una montaña al fondo del lago. Pensabamos que era mas cerca, pero demoramos casi una hora solo en llegar. Al agrandarse las siluetas de los bosques y acercarnos a la playa, nos dimos cuenta que estábamos llegando a un lugar encantado, de fabulas de hadas, un lugar único en la tierra, tremendamente mágico, especial.

Dejamos los kayak en la orilla, subimos por el jardín celestial de arboles milenarios, y descubri asombrado un factor especial que le otorgaba un valor muy especial al encantamiento de ese bosque mágico: Todo el bosque olia profundamente a un aroma espeso y penetrante de miel.

Eso si que era raro y mágico.

Seguimos subiendo y lo que me encontré me despertó algo asi como un poco de pena y alegría. Un sentimiento agridulce.

Un camino.


Pero un camino tan perfectamente bien hecho y dibujado, que cruzaba sinuoso entre los robles eternos. Una forma fantástica de recorrer el bosque encantado.



Me inflaba de rabia de no tener mi camarita conmigo.

Avanzamos por el camino y llegamos a la casa donde habían dos hombres mapuches, que trabajaban algo asi como un aserradero. Era lógico que nos miraran desconfiados, si montones de personas han tratado de llegar a sus tierras para desalojarlos y construir hoteles y cabañas. No tenían para nada caras de amigos, y era entendible. Quien va a llegar a ese lugar si no es en bote?

Pero cuando uno fue a buscar una motosierra, la encendió y se acercó hacia nosotros, haciéndole el sonido del acelerador, mirándonos con cara de “mejor se van”, de veras nos preocupamos.

Yo busqué a poroto y pato que estaban al lado mio, y todos nos miramos con la misma cara. Todos pensábamos lo mismo. El hombre se acercó y pato se hizo hacia atrás.

Yo me quedé ahí mismo, pero por lo menos veía que era lo que estaba haciendo. Luego se acercó a un palo, y empezó a cortarlo con su motosierra.

Yo todavía pensaba que quería cortarnos las manos, hasta que terminó con su palo y la apagó. El ambiente fue respetuosamente tenso, hasta que entre la conversación, llegamos a la conclusión de que eramos amigos de un primo suyo, y todo cambió como por arte de magia.

Quedamos de amigos, y invitados a su casa para la próxima.

Me sentí como colono en una tierra extraña negociando con los nativos.

De lo mas shori.

Volvimos a la casa, Gustavo hace rato ya que estaba ahí estacionado en la playa, que el tio ya debía haber estado hasta duchado y cambiado de ropa. Cocinó una comida tan simple, pero tan increíblemente rica, que quedamos todos llenos, pero con hambre.

Luego de un rato, de varias cervezas y conversaciones, el tio se para y me dice: Ya, anda a prepararte que nos vamos a argentina.

Que nos vamos a argentina?

Sip, nos íbamos a argentina.

Argentina estaba ahí a 15 minutos, y un par de kilómetros, pero las barreras políticas y controles, hacen de la experiencia una cosa tremendamente mortal y entretenida.



Llegamos a la aduana chilena, y dale que dale rellenando formularios y firmando autorizaciones y papeles, cuando luego de un rato el oficial de aduana nos dice, listo.

Luego preguntó por el auto.

Argentina exige por ley que todos los autos que crucen la frontera, tienen que tener un seguro internacional de accidentes, que nosotros evidentemente, no teníamos.

Ahí empezaron de nuevo las negociaciones para poder pasar en el auto. Al final, quedamos en pasar no mas, pero que no pasaramos la camioneta mas allá de la aduana argentina, sino que la dejaramos ahí, y siguiéramos hasta el pueblo en taxi.

Ahora si, listamente.

Partimos y nos íbamos alejando mas y mas de nuestro chile querido. Avanzamos por la montaña que es la ultima barrera natural que marca la frontera, por caminos sinuosos y vertiginosos, cuando derrepente nos encontramos con un letrero bien grande que decía Republica Argentina.



Chanfle, acabamos de dejar atrás a mi chilito querido.

Ahora hay que ser sinceros… apenas la rueda del auto tocó suelo argentino, el camino de montaña, sinuoso y arenoso, se convirtió en una carretera asfaltada de primera.



Un gusto.

Llegamos a la aduana argentina, y todo se convirtió en algo novedoso. Hasta las piedras.



Habiamos llegado a un país amigo, con el que hemos estado a punto de guerras varias veces, pero amigo al fin y al cabo.

Entramos a la aduana y yo ahí fotografiándolo todo. Sacaba una foto a un mapa para ver donde estábamos, cuando el gendarme me dice que estaba prohibido disparar ahí dentro.

A la horita que me avisa, que ya tenia todo completamente registrado.

Entregamos los papeles, y salimos afuera. Habian unos argentinos recién llegados, que dijeron fuerte y claro para que todos lo escucharan: No hay pais como argentina.

Fue un comentario venenoso, pero a fin de cuentas todos decimos lo mismo del pais al que pertenecemos.

Dejamos el auto ahí mismo, y tratamos de conseguir un taxi, pero no hubo forma. Al fin, empezamos a caminar hacia el pueblo, pero pasó un cacharro antiguo, de esos que no quieren ni los basureros, y paró para llevarnos.

Un argentino amable y simpatico que nos hace recordar que todos somos hermanos.



Nos dejó en el pueblo, equivalente al icalma argentino. Pero de equivalencia nada, que mientras icalma tuviera 4 casas a medio caer a la orilla de un lago, este tenia discotecs, hoteles, restaurantes, cafes, heladerías, tiendas, recuerdos, regalos, ropa, expediciones, etc.

Nada que ver con icalma.

Todo era tremendamente interesante para todos, partiendo por el predominio argentino, el acento cantadito agradable o desagradable del argentino promedio, sus simpatías y amabilidades, su arquitectura, su forma diferente de hacer las cosas.

Habiamos avanzado 15 kilometros, pero habíamos llegado a un mundo completamente diferente.

Pero la aduana tiene hora de cierre, asi que tuvimos que volvernos temprano. Dejamos buenas migas con algunos argentinos, y uno de ellos mañana cruza la frontera hacia aca, que se va a venir a tomar un vinito con nosotros.

Asi debe ser.

Nos volvíamos en taxi y nos dejó en la aduana. Hicimos nuestro papeleo y todo aquello. Nos subíamos a la camioneta, cuando se acerca un hombre que nos pregunta si vamos hacia chile.
Le contestamos que sí, y rápido como una ráfaga de metralla, nos dijo que bajaramos del auto. Pasamos a su oficina y nos pidió los papeles de la camioneta.

Preguntó por el seguro y estaba particularmente interesado en hacer cumplir al pie de la letra la ley argentina.

Lo primero que nos dijo, sin lugar a nada, fue que en este momento el vehiculo estaba en poder del gobierno argentino, confiscado. Que cruzamos la frontera en un auto ilegal.

Uso términos, como aquí ya no es tu pais, y la ley argentina se respeta. Ya di todo por perdido cuando el hombre nos dijo que saliéramos todos, que el se quedaba con el puro tio.

Ahí nos quedamos afuera con cara de pollos, cuando otro argentino se dio cuenta que pasaba, y nos dijo para tranquilizarnos, que solo eran advertencias que hacen, que no nos preocuparamos, que al final todo iba a salir bien.

Un recordatorio mas de la gran personalidad de los amigos argentinos.

Despues de un rato volvió el tio a salir, con sus papeles en la mano y con la autorización de partir. Era lo esperado, que al final, para que ser tan apegado a las reglas.

Avanzabamos contento por esa carretera asfaltada, cuando llegamos a un gran letrero que decía “Bienvenido, usted esta en Chile”.



Fue una emoción bastante tonta pero justificada. Venia pensando en eso, cuando en ese mismo segundo, se acabó el asfalto y comenzó la tierra.

Esa era una demostración terrenal de que ya estábamos en Chile.

Luego de nuevo el papeleo burocratico para volver a mi pais. Lo que me reconfortaba es que por muchos delitos que cometieramos, no nos podian dejar afuera de la frontera.



Esas son las ventajas de volver a su pais.

Dormia de tan cansado que estaba, cuando me desperté sin sueño, le pedí el computador de pato para escribir todo esto antes de que el tiempo puliera y descartara algunos recuerdos. Mañana temprano vamos a salir a pescar en los kayak, y ahí si que llevo mi camarita digan lo que digan.

Mañana será otro gran dia.

6 comentarios:

Unknown dijo...

yo te invite a mehuin y no quisiste ir!!! aaaahhh me hubieras dicho desde el principio que es muy fome no como ICALMA! PFFF pesaoo!
y yo me quede sin pan ni pedazo y alfinal tu te mandaste la tremenda aventura....
me las pagaras!

Unknown dijo...

ahhh!! y ahora me debes un paseo en kayak y otro en bote....

Clau dijo...

Que entrete tu texto! Me divertí mucho. Icalma debe ser la raja, no lo conozco, pero toda esa naturaleza hiper verdadera de más que vale la pena un viaje.

Igual pioola el susto con la camioneta y argentina, eh?

Saludos!

Clau.

Alvaro Roman dijo...

Que risa..

Clau dijo...

Por qué la risa?

Alvaro Roman dijo...

Porque hace bien reir.

Te estira las arrugas y te aprieta las calugas.

Jajja