Dias de regaloneos, flojeras y dulzuras varias.

Anoche la cosito me invito a dormir en su casa para que veamos peliculas proyectadas en la pared de su living.

Tres horas demoramos en preparar todo el sistema, transferir las peliculas, conseguir los subtitulos, sincronizarlos, bajar los programas, instalar cables, enchufes y proyectores, configuraciones y adaptadores, para que a los 5 minutos de empezada la pelicula la Rocío roncara como un oso en navidad.

Desperté producto de un calor abrumador y un sol sofocante que me quemaba la cara, y un beso de la coso chico. Como si fuera el bello durmiente. Ni tan bello, ni tan durmiente, que igual fue un poco forzosa la despertada.

Y luego de abrir los ojos, el dia dio lugar y riendas sueltas a la mas absoluta vagabondicidad experimentable una tarde de sabado.

Fue una tarde agradable, pero floja y de aires calientes, densos y pesados. Pero necesaria, completa y feliz.

El sueño me bota de la silla, pero yo valiente, me vuelvo a sentar.